VII.2 Políticas de Pauperización – Salarios de moderno-trabajo-esclavo
Después de 26 años de erosión de los salarios reales, la política salarial de Fox y de Calderón no varían un ápice y se dedican a profundizar la pauperización de los trabajadores mexicanos, ejercida por el PRI, ahora insertados por la fuerza en el sistema global como perdedores en la distribución internacional del trabajo. La política de Fox insiste en el mantra neoliberal maniqueo de someter la recuperación de lo salarios reales al aumentó de los índices de productividad y eficiencia. El cinismo es ignominioso. Los índices de eficiencia y productividad en México se han impuesto sobre las espaldas de los trabajadores, pues la apropiación de la parte que les corresponde es la que dispara los márgenes de utilidad de las empresas y los valores de los accionistas. Siempre ha sido así en el capitalismo pero aún mucho más en México. Con talante de terratenientes porfirianos, la escoria ladrona siempre lo ha concebido así. Los truhanes Salinas, Zedillo, Fox y Calderón han sido fieles a las directrices y han entregado deliberadamente al país como proveedor de mano de obra a precios de miseria. La medida ha sido aplicar una política de contención que prohibe aumentar los salarios reales, con contadísimas excepciones, por encima de los índices de inflación oficiales, siempre inferiores a los reales.
Una rápida revisión de los salarios de 1975 a 2006, utilizando el mismo criterio LISDINYS de comparaciones laborales para trabajadores manufactureros entre países –aplicada al final del quinto capítulo para observar el comportamiento de salarios en la etapa final de PRI– nos muestra inmediatamente que Fox aplicó una continuidad a rajatabla, sin la menor recuperación. Entre 1975 y 2000, la homologación de los salarios reales manufactureros mexicanos en comparación con los estadounidenses –en términos de paridad de poder de compra (PPC) – cayó de 29% a 19%. Si comparamos 1980 con 2000 la caída es de 51%, pues en 1980 México experimenta su mejor nivel de salarios reales con una homologación de 39%. Cinco años después de la llegada de Fox, en 2005, y también en 2006, el nivel de homologación salarial es de 17%. Es decir, Fox no sólo no mejora sino que reduce dos puntos más la homologación salarial respecto a 2000 (19%) (gráfica VII.1). En síntesis, en veintiséis años los gobiernos mexicanos han aplicado una política de pauperización salarial reduciendo en más de la mitad (39% en 1980 vs 17% en 2006) el de por sí muy bajo nivel de homologación con sus contrapartes estadounidenses.319 En 2007, el único año de Calderón con datos disponibles, la homologación se mantiene intacta (17%), aunque, claro está, con presión a la baja.
En retrospectiva, como puede observarse (gráfica VII.2), la política salarial del PRIAN en treinta y un años ha sido de deliberada y consistente pauperización de la calidad de vida de los trabajadores mexicanos, a contracorriente de países que tenían desarrollo similar o de países con los que la escoria ladrona aspira a integrarse a través de la OCDE.
Una reforma no afín a los intereses de la escoria ladrona, propuesta en 2000 por la UNT (Unión Nacional de Trabajadores) y el PRD, fue excluida de discutirse en el pleno de la cámara baja. En contraste, en diciembre de 2002 la ley Abascal llegó al pleno con el apoyo de los sindicatos verticales, las cúpulas empresariales y el poder ejecutivo. No obstante, siendo que las medidas de la propuesta afectaban intereses de las mafias sindicales, como es el control de la forma de emisión del voto, Fox prefirió no arriesgar su alianza con las confederaciones charras, que le garantizaba el sometimiento de sus agremiados.322 El recetario contrarreformista venía directamente del BM en su neoliberal “agenda integral de desarrollo para la nueva era”.323 Entre las recetas más destacadas en el campo laboral se recomendaba:
VII.2.2 Estrategias de supervivencia
La pregunta inevitable ante un estado de destitución y pauperización tan extremo es ¿cómo sobrevive esta gran masa de mexicanos desposeídos, si sus salarios no les permiten hacerse de lo mínimo necesario para sobrevivir y trabajar dignamente? Dos son las principales medidas que han adoptado para paliar marginalmente su precaria situación.
Inevitablemente, las valoraciones objetivas y desde diferentes perspectivas dejan al descubierto un panorama de pobreza sin ambages. Éste es el signo distintivo del legado de los truhanes que han regenteado por la vía de la imposición a un país que se cae a pedazos. La medición de Boltvinik sobre la precarización del empleo en los tres últimos despachos no deja lugar a dudas sobre la imposición de un paradigma de explotación según lo demanda el capital. En términos de promedio de empleos por año, con Salinas la proporción –dentro del total de nuevos trabajadores– que fueron asegurados permanentes del IMSS fue de 51,4% (350 mil 800 nuevos empleos anuales asegurados). Con Zedillo la proporción anual de nuevos empleos asegurados baja dramáticamente a sólo 12,2% (78 mil empleos anuales asegurados en promedio). Con Fox (con cifras hasta 2004) la proporción de nuevos empleos asegurados en el IMSS se recupera un poco a 29,4% aunque muy por debajo del promedio durante el despacho de Salinas; además el promedio anual de nuevos empleos asegurados es ridículamente bajo (12 mil 464) (gráfica VII.6).339
VII.2.3 Maquillaje de la pobreza
Los deplorables resultados generados en materia de generación de empleos, formales o informales, y los miserables y decrecientes salarios pagados aún por las grandes corporaciones –propios de moderno-trabajoesclavo– son tan terriblemente catastróficos que, como he anotado anteriormente, impactan dura y directamente en los niveles de pobreza. Es tal la pauperización que el despacho de Fox decide tapar el sol con un dedo. Para ello, se aplica un maquillaje a los criterios de medición de la pobreza con el fin de aparentar que “a pesar de la muy evidente y palpable realidad” la pobreza y la desigualdad habían disminuido en México. Boltvinik publica un sucinto recuento de los principales subterfugios que utiliza Fox para hacer que los números digan lo que él desea, lo cual confirma por enésima vez la nula moral y el talante facineroso de su persona. Seis son los principales cuestionamientos de Boltvinik al cambio metodológico de la medición de la pobreza:341