Periódico La Jornada
Sábado 3 de julio de 2010, p. 17
El Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana (STRM) denunció múltiples irregularidades durante la votación de los trabajadores de la empresa Atento (subsidiaria de la española Telefónica) para elegir a la organización gremial que los representará.
Atento es un call center en el que laboran cerca de 18 mil personas –la mayoría en el Distrito Federal–, la cual se instaló en México desde hace una década y otorgó el contrato colectivo al Sindicato Progresista de Comunicaciones y Transportes, integrante de una federación encabezada por Ramón Gámez, conocido en el sector sindical como el rey de los contratos de protección, es decir, aquellos simulados o fantasmas para evitar que los empleados se organicen y reclamen sus derechos.
Al momento de la votación aparecieron otros gremios en calidad de demandantes, uno afiliado a la Confederación Regional Obrera Mexicana y otro a la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos.
El STRM dijo que los trabajadores fueron amenazados y cooptados para que no votaran por esta organización, encabezada por Francisco Hernández Juárez. El "hostigamiento" no fue sólo verbal, dijo María Xelhuantzi, especialista en materia laboral y asesora del gremio de telefonistas.
"Llevaron autobuses a los centros de trabajo para traer a los empleados a la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, amedrentados por golpeadores del sindicato de Gámez, quienes portan armas de fuego y cuchillos. Adentro están ofreciendo a los trabajadores dinero y días de descanso con goce de sueldo, para que por ningún motivo voten por el Sindicato de Telefonistas", señaló.
La subsidiaria de Telefónica tiene presencia en alrededor de 17 países. La empresa presentó a la autoridad laboral un padrón con irregularidades, principalmente porque incorporó a personal de confianza que no tiene derecho de voto en este recuento.
"El nivel de presión y la amenaza de violencia son increíbles. Fue necesario pedir apoyo a la policía capitalina. Son auténticos golpeadores amedrentando y obstaculizando el derecho de los trabajadores de cambiar de representación sindical", agregó Xelhuantzi.
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