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domingo, 12 de septiembre de 2010

Indignantes, los festejos patrios si no hay reflexión: Jesusa Rodríguez

Cada vez somos un país menos independiente, democrático y la desigualdad es la misma, dice.
"La realidad que vivo no es la que transmite la televisión ni la que expresan los políticos"
Foto
Jesusa Rodríguez interpreta a Carlos Salinas de Gortari mientras Óscar Olivier personifica a la Madre Patria, en la puesta en escena que cuenta con la musicalización de Liliana FelipeFoto Yazmín Ortega Cortés




Valiéndose de fuertes argumentos históricos/teatrales Jesusa Rodríguez estrenó este fin de semana el espectáculoLas crudas del bicentenario en Universum, el Museo de las Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México.
En entrevista en su camerino, despojándose del micrófono, desmaquillándose y quitándose el pegamento del rostro, dice: Creo que es indignante lo que está pasando, el derroche de festejar sin ningún tipo de reflexión respecto a que cada vez somos un país menos independiente, menos democrático y la desigualdad es la misma; el pueblo raso siempre ha estado mal desde la Independencia y la Revolución, nunca ha tenido reivindicación... pero lo más patético es cómo un gobierno ilegítimo de derecha festeja la Independencia y la Revolución, a puerta cerrada como lo hacía Porfirio Díaz: por eso hicimos esta puesta.
En Las crudas del bicentenarioencarna a Madero, por su tendencia espiritista, crea una sesión de magia junto a la Madre Patria para hacer un agujero en los últimos 200 años de historia de México y concluir que las cosas no únicamente no han cambiado, sino que estamos peor que antes. A Jesusa Rodríguez la acompañan Óscar Olivier y Emilio Converso y la música de Liliana Felipe.
Con el algodón empapado de aceite y haciéndolo correr por su rostro de derecha a izquierda, de izquierda a derecha y de forma circular, Jesusa agrega: Lo que no se toca en México son los medios; más que los diarios y las revistas me refiero a la televisión, en las manos de quienes están: en los pillos de Azcárraga y Salinas Pliego. No hay nada que hacer en México, no podemos cambiar la realidad si no se cambia la televisión, porque la gente está atrapada en ella; por eso nosotros ponemos la televisión en vivo en el proscenio, porque es una manera de sacarla de su lugar y ponerla en el Museo de Ciencias. Es muy importante porque es un espacio autónomo, admite todo tipo de información, por eso este espectáculo lo ligamos con la exposición del cerebro que hay aquí en Universum, así dos pillos entran a robar el cerebro de Monsiváis.
Poniendo especial énfasis en la limpieza detrás de las orejas y la parte alta del cuello, continúa: Estamos en el peor de los momentos de la historia, pocas veces hemos pasado por periodos tan degradados como este. Sí se puede hacer un espectáculo optimista o con un final alentador, lo intentamos, pero no nos salió, no encontramos nada alentador... En todo caso la gente que estamos en movimientos sociales, que son muchos en México (Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, Atenco, los zapatistas o los obradoristas), tenemos un respiro, el resto de la población no sé cómo le hace para vivir.
Nunca podemos decir esto es lo peor...
Casi concluyendo con los restos de pegamento y maquillaje en su rostro, Jesusa extiende su anterior respuesta: “Para mi era interesante hacer una reflexión sobre los festejos del bicentenario, porque la realidad que yo vivo no es la que transmite la televisión ni la que expresan los políticos, ni es la realidad que dicen los intelectuales; creo que estamos viviendo en una ficción absoluta y la gente que está en la realidad es a la quien le han secuestrado o asesinado un hijo, la que ha sufrido en carne propia una tragedia o es muy pobre. Los demás vivimos en una ficción evadiendo la realidad sin querer mirar lo que está pasando en el país; todo mundo dice que la situación está terrible, pero la evaden con el trabajo o lo que tengan... no hay una conciencia clara porque se piensa que la situación se va a poner terrible, como si no lo estuviera ya; lo único que pienso es como decía Shakespeare en El rey Lear: ‘nunca podemos decir esto es lo peor mientras podamos decir esto es lo peor’, es decir, estamos viviendo cosas que decimos ‘ya peor que esto no puede pasar’ y ocurre lo de la guardería, y después nos enteramos que hay 72 migrantes asesinados en una fosa... estamos pasando por una descomposición extrema y la gente no quiere asumir esa realidad”.
Atándose el cabello con un prendedor y ya sin ninguna impureza en el rostro, la artista dice: Desde hace 30 años nosotros no hemos colaborado con ninguno de los gobiernos que ha tenido México, pero la cantidad de artistas que están participando con este gobierno en los festejos del bicentenario del miércoles es impresionante, porque les pagan.
Finalmente Jesusa regresa al tema específico de Las crudas del bicentenario: “Necesito realizar esta obra para hacer la reflexión de por qué mi realidad no se parece a la realidad de millones de personas... la sensación que tengo es que todo lo que hacemos cuenta si decimos ‘únicamente voy a hacer este programita en Televisa’, ‘únicamente haré esta dirección en la serie del bicentenario’, ‘yo nada más voy a bailar’, ‘yo nada más voy a cantar dos canciones’. Si esto se agrega a todo lo que pasa en México es una suma del deterioro, del permiso que se da todo mundo para faltar a su propia ética, eso ha hecho una montaña de degradación, por eso el país está en un punto de descomposición; además de otros factores que influyen... Para mí esta reflexión es muy necesaria para ver qué estamos haciendo”.

Parte del festejo llegó a lo inverosímil con ribetes de macabro

Entre las diversas formas adoptadas para conmemorar el bicentenario de la Independencia se ha llegado hasta loinverosímil con ribetes de macabro, como sacar de su sitio los restos de los caudillos de esa hazaña y someterlos a procesos de identificación para luego exhibirlos en Palacio Nacional en unlaico ritual de veneración, afirmó el historiador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Miguel León Portilla.
A su vez, Guillermo Hurtado, director del Instituto de Investigaciones Filosóficas, expuso que esta segunda centuria del movimiento libertario será recordada por la dificultad que tuvieron sus organizadores para encontrar la clave y el tono del discurso de las celebraciones.
Encargados de dictar las conferencias magistrales con las cuales la UNAM conmemoró los 200 años del inicio de la guerra de liberación, ambos pusieron de relieve el ideario de sus precursores, el cual en nuestro tiempo pareciera a veces que se oscurece a los ojos de no pocos, dijo León Portilla.
Tras ser ovacionado de pie por quienes se congregaron en el auditorio Carlos Pérez del Toro de la Facultad de Contaduría y Administración, pidió aprovechar esta conmemoración para avivar la conciencia un tanto adormecida, o lo que es más grave, condescendiente con recurrentes violaciones. Traer al presente las palabras pronunciadas por los próceres de la Independencia en momentos decisivos, es dar vida a la historia.
Poseedor de una docena de doctorados honoris causa, el antropólogo evocó el capítulo de la Constitución de Apatzingán de 1814 sobre la educación, la cual se establecíacomo necesaria a todos los ciudadanos.
Esto –afirmó– debe ser escuchado por nuestros diputados, y para reforzar su convicción habló de la exigencia permanente del rector José Narro para que se otorguen mayores recursos económicos a la enseñanza.


“La universidad, la nuestra y cuantas merecen este nombre (no las patito) pertenecen al pueblo, derivan su ser de la soberanía de la nación y en ellas se transmiten doctrinas jurídicas y formas de saber con los principios enunciados por los próceres de la insurgencia. Hagamos de la evocación de sus personas y su pensamiento, faro luminoso para encaminar a México por la senda que habrá de llevarlo a la plena realización de sus ideales”, exhortó León Portilla.


Guillermo Hurtado dijo que sería un grave error no celebrar la Independencia.México puede tener todos los defectos del mundo, pero es nuestra nación, es el hogar común que compartimos. No querer recordar el inicio de su existencia, por apatía o por desdén, sería como negar una parte de nosotros mismos.


México, añadió, tendría que salir renovado de esta efeméride y ver su importancia no como algo conmemorativo, sino proyectivo. Tomó para su disertación a los filósofos Luis Villoro y Edmundo O’Gorman, cuyos estudios, apuntó, pueden ayudarnos a recobrar el sentido de la conmemoración del bicentenario.


La democracia, dijo para cerrar, no debe ser siempre un estado de confusión y discordia. Recordar nuestro pasado debe ser, en estas circunstancias, una manera de invocar nuestro porvenir como nación. No dejemos vacía la tribuna de la patria. Subamos a ella para precipitar desde allí, el futuro deseado. Emulemos a Hidalgo y entremos con paso firme en el recóndito camino de nuestra libertad.

Odio el Bicentenario de Calderón

Me pone muy triste esto del Bicentenario. No lo puedo evitar.
Todavía hace algunos años me imaginaba que 2010 iba a ser espectacular, que todos íbamos a estar muy contentos y que nos la íbamos a pasar de fiesta en fiesta.
El cerebro no me daba para imaginar los monumentos que se iban a construir, para los cambios que se iban a anunciar y para lo felices que íbamos a estar todos a lo largo y ancho de esta nación.
Partiendo de lo que Porfirio Díaz hizo para el centenario, de experiencias como los Juegos Olímpicos de México 68 y de la gigantesca herencia artística del siglo XX, le juro que había muchas cosas que me hacían ilusión:
Las ceremonias, la canción, el póster, el platillo, la bebida, la moneda, la camiseta, el libro, la película, el programa especial, la telenovela.
Soy un ridículo, me encanta ser mexicano y esperaba con ansiedad este momento.
El problema es que nada de lo que soñé que íbamos a estar viviendo para este entonces se convirtió en realidad. ¡Nada!
Los mexicanos estamos furiosos, desesperados, hartos, deprimidos, decepcionados.
Si no es por nuestra tradicional lista de conflictos sociales, es por esta guerra tan extraña que jamás nos anunciaron en las campañas electorales, por la ausencia de un proyecto de nación, por el patético estado de nuestra clase política, por la falta de oportunidades.
¿A quién le interesa celebrar 200 años de libertad si nadie tiene la certeza de regresar vivo a su casa después de salir por la mañana?
¿Qué clase de emoción podemos sentir ante el Bicentenario si lo que predomina es el miedo, la decepción, las malas noticias y los intereses particulares?
Ni siquiera hay un monumento que esté listo, una estatua para develar, algo bonito que nos recree la mirada y que sea tan impresionante que haga que el mundo entero se vuelva a verlo como el símbolo de una nación orgullosa y próspera.
Si Porfirio Díaz viviera y viera lo que el gobierno de Felipe Calderón está haciendo para conmemorar el Bicentenario de la Independencia de México, se levantaba en armas y se ponía del lado de los revolucionarios de la desilusión.
La canción del Bicentenario no es mala, es un asco. Cualquier anuncio de pasta de dientes tiene una música más elegante y una letra más digna que ese jingle de mala muerte.
El póster es una burla. ¿A usted no se le quiere caer la cara de la vergüenza ante esa imagen? Ni parece que aquí hubiéramos tenido artistas.
Desde ese logotipo enfermo donde el gobierno quiso combinar Independencia y Revolución como para ahorrarse una fiesta, las cosas están mal.
¿Adónde se nos fue el talento? ¿En dónde dejamos la clase?
No, y ni hablemos de lo demás porque nos vamos a deprimir de aquí a los 500 años de la conquista.
¿En qué cabeza cabe, por ejemplo, lo de la galería nacional? Sí, es muy bonito ver la silla de Benito Juárez, ¿pero ese museo forma parte de un proyecto a largo plazo?
¿Le puede meter un susto al Smithsonian de Washington? ¿Convierte al Palacio Nacional en algo tan importante como el Museo del Prado en Madrid?
Claro que no, es una exhibición temporal. ¡Temporal! Nuestras autoridades ni siquiera pudieron aprovechar el Bicentenario para construir algo para siempre.
Juntaron esas pocas piezas y al rato se las van a quitar. ¡Qué miseria! ¡Qué desgracia!
Dentro de un siglo, cuando se conmemoren los 300 años del grito de Dolores, la gente va a tener más a la mano las aportaciones de Porfirio Díaz que las de este gobierno surgido de la justicia, de la democracia y de la paz. ¡No puede ser!
¡Qué falta de visión! ¡Qué poco sentido de la planeación! ¡Qué ausencia de amor propio!
Estamos de acuerdo, el día 15 una multitud frenética va a ir a echar relajo a Paseo de la Reforma en la capital del país mientras otra, todavía mayor, se va a esconder en sus casas, en otras partes de la República, ante el temor de perder la vida a ritmo de ¡Viva México!
Pero después del 16 todo se va a esfumar y ese dinero, que ni sirvió para ayudar a los pobres ni para dejarle algo a la posteridad, se habrá convertido en cenizas.
¿Ahora entiende cuando le digo que esto del Bicentenario me pone triste?
Con esta clase de autoridades no hay manera ni de festejar algo tan grande como el Bicentenario. Nomás vamos a perder el tiempo. Nomás nos vamos a vaciar más. ¿A poco no?
¡Atrévase a opinar!

COPALA, OAXACA: Violación tumultuaria, agresión física, sexual y psicológica a Natalia CRUZ BAUTISTA Y Francisca de Jesús GARCÍA, habitantes del Municipio Autónomo San Juan Copala.

Resumen:
Dos mujeres triqui del Municipio Autónomo de San Juan Copala víctimas de violación tumultuaria, agresión sexual, física y psicológica por supuestos integrantes de la UBISORT. El municipio autónomo de San Juan Copala sigue sitiado por el cerco militar de la UBISORT que lo mantiene sin los servicios básicos a la sobrevivencia (Luz, agua, salud) en una situación de extrema gravedad. Ante tal situación las mujeres se ven obligadas a salir del Municipio para buscar víveres lo que las ponen en situación de vulnerabilidad extrema.
Acción solicitada:
Para involucrar a la red de contactos en generar una respuesta rápida hacia las autoridades correspondientes con el afán de detener las situaciones de violación a los derechos humanos es importante que el mayor número de personas y/u organizaciones envíen correos electrónicos (usando la carta modelo adjunta), a las autoridades competentes haciendo hincapié en el cumplimiento de las peticiones concretas por parte de las autoridades.
Enviar sus llamamientos copiando la carta modelo en un correo con título: No. de Referencia: AU – 010 – 2010 – VIOLACION – COPALA – OAX
felipe.calderon@presidencia.gob.mx, secretario@segob.gob.mx, jguevara@segob.gob.mx, correo@cndh.org.mx, gobernador@e-oaxaca.gob.mx, transparencia@cedhoax.org, iphernandez@segob.gob.mx, sdhoax@gmail.com, frnrojas@congreso.gob.mx, gustavo.madero@senado.gob.mx, InfoDesk@ohchr.org, civilsocietyunit@ohchr.org, oacnudh@ohchr.org, cidhoea@oas.org, delegacion-mexico@eu.europa.eu, mex-mexico@icrc.org, embamex@embamex.eu, CIDHDefensores@oas.org, urgent-action@ohchr.org, gmarengo@amnesty.org, defenders@ohchr.org, denuncias.limeddh@gmail.com

Indignantes, los festejos patrios si no hay reflexión: Jesusa Rodríguez

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Jesusa Rodríguez interpreta a Carlos Salinas de Gortari mientras Óscar Olivier personifica a la Madre Patria, en la puesta en escena que cuenta con la musicalización de Liliana FelipeFoto Yazmín Ortega Cortés



Valiéndose de fuertes argumentos históricos/teatrales Jesusa Rodríguez estrenó este fin de semana el espectáculoLas crudas del bicentenario en Universum, el Museo de las Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México.
En entrevista en su camerino, despojándose del micrófono, desmaquillándose y quitándose el pegamento del rostro, dice: Creo que es indignante lo que está pasando, el derroche de festejar sin ningún tipo de reflexión respecto a que cada vez somos un país menos independiente, menos democrático y la desigualdad es la misma; el pueblo raso siempre ha estado mal desde la Independencia y la Revolución, nunca ha tenido reivindicación... pero lo más patético es cómo un gobierno ilegítimo de derecha festeja la Independencia y la Revolución, a puerta cerrada como lo hacía Porfirio Díaz: por eso hicimos esta puesta.
En Las crudas del bicentenarioencarna a Madero, por su tendencia espiritista, crea una sesión de magia junto a la Madre Patria para hacer un agujero en los últimos 200 años de historia de México y concluir que las cosas no únicamente no han cambiado, sino que estamos peor que antes. A Jesusa Rodríguez la acompañan Óscar Olivier y Emilio Converso y la música de Liliana Felipe.
Con el algodón empapado de aceite y haciéndolo correr por su rostro de derecha a izquierda, de izquierda a derecha y de forma circular, Jesusa agrega: Lo que no se toca en México son los medios; más que los diarios y las revistas me refiero a la televisión, en las manos de quienes están: en los pillos de Azcárraga y Salinas Pliego. No hay nada que hacer en México, no podemos cambiar la realidad si no se cambia la televisión, porque la gente está atrapada en ella; por eso nosotros ponemos la televisión en vivo en el proscenio, porque es una manera de sacarla de su lugar y ponerla en el Museo de Ciencias. Es muy importante porque es un espacio autónomo, admite todo tipo de información, por eso este espectáculo lo ligamos con la exposición del cerebro que hay aquí en Universum, así dos pillos entran a robar el cerebro de Monsiváis.
Poniendo especial énfasis en la limpieza detrás de las orejas y la parte alta del cuello, continúa: Estamos en el peor de los momentos de la historia, pocas veces hemos pasado por periodos tan degradados como este. Sí se puede hacer un espectáculo optimista o con un final alentador, lo intentamos, pero no nos salió, no encontramos nada alentador... En todo caso la gente que estamos en movimientos sociales, que son muchos en México (Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, Atenco, los zapatistas o los obradoristas), tenemos un respiro, el resto de la población no sé cómo le hace para vivir.
Nunca podemos decir esto es lo peor...
Casi concluyendo con los restos de pegamento y maquillaje en su rostro, Jesusa extiende su anterior respuesta: “Para mi era interesante hacer una reflexión sobre los festejos del bicentenario, porque la realidad que yo vivo no es la que transmite la televisión ni la que expresan los políticos, ni es la realidad que dicen los intelectuales; creo que estamos viviendo en una ficción absoluta y la gente que está en la realidad es a la quien le han secuestrado o asesinado un hijo, la que ha sufrido en carne propia una tragedia o es muy pobre. Los demás vivimos en una ficción evadiendo la realidad sin querer mirar lo que está pasando en el país; todo mundo dice que la situación está terrible, pero la evaden con el trabajo o lo que tengan... no hay una conciencia clara porque se piensa que la situación se va a poner terrible, como si no lo estuviera ya; lo único que pienso es como decía Shakespeare en El rey Lear: ‘nunca podemos decir esto es lo peor mientras podamos decir esto es lo peor’, es decir, estamos viviendo cosas que decimos ‘ya peor que esto no puede pasar’ y ocurre lo de la guardería, y después nos enteramos que hay 72 migrantes asesinados en una fosa... estamos pasando por una descomposición extrema y la gente no quiere asumir esa realidad”.
Atándose el cabello con un prendedor y ya sin ninguna impureza en el rostro, la artista dice: Desde hace 30 años nosotros no hemos colaborado con ninguno de los gobiernos que ha tenido México, pero la cantidad de artistas que están participando con este gobierno en los festejos del bicentenario del miércoles es impresionante, porque les pagan.
Finalmente Jesusa regresa al tema específico de Las crudas del bicentenario: “Necesito realizar esta obra para hacer la reflexión de por qué mi realidad no se parece a la realidad de millones de personas... la sensación que tengo es que todo lo que hacemos cuenta si decimos ‘únicamente voy a hacer este programita en Televisa’, ‘únicamente haré esta dirección en la serie del bicentenario’, ‘yo nada más voy a bailar’, ‘yo nada más voy a cantar dos canciones’. Si esto se agrega a todo lo que pasa en México es una suma del deterioro, del permiso que se da todo mundo para faltar a su propia ética, eso ha hecho una montaña de degradación, por eso el país está en un punto de descomposición; además de otros factores que influyen... Para mí esta reflexión es muy necesaria para ver qué estamos haciendo”.
Las crudas del bicentenario se presenta todos los jueves, viernes y sábados de septiembre y octubre a las 19 horas en Universum. Boletos en las taquillas del inmueble. Más informes a los teléfonos 5424 0694 y 5622 7268 o en la página www.universum.unam.mx

¿SABíAN QUE HACE 30 AÑOS LOS COREANOS GANABAN EL 10% QUE LOS MEXICANOS Y AHORA ES AL REVÉS? ¿QUIEREN SABER POR QUÉ, CÓMO FUE?

En enorme contraste con el caso mexicano, el modelo de sustitución de importaciones de Asia Oriental arroja resultados muy diferentes, particularmente en el caso de Corea del Sur, el más exitoso de ellos, al cual ilustro para contrastarlo con el caso mexicano.

Por principio de cuentas debe resaltarse, desde el ángulo de la procuración de bienestar social –la responsabilidad esencial de cualquier gobierno realmente democrático, que en 1975 los salarios reales para trabajadores manufactureros de línea de producción de Corea del Sur eran apenas el 34,9% de los salarios reales mexicanos (PPC)69. Treinta y un años después, los salarios sudcoreanos de dicha categoría de trabajadores constituyeron el 453,9% del salario real equivalente mexicano en 2006. Dicho de otra manera, los papeles más que se invirtieron, pues mientras que en 1975 los salarios mexicanos de dicha categoría representaban 2,8 veces el salario sudcoreano, en 2006 los salarios reales manufactureros mexicanos de línea de producción constituyeron apenas un poco más de la quinta parte (22%) del valor real de los salarios de sus contrapartes sudcoreanos (gráfica III.3). La diferencia es abismal y profundamente vergonzosa.70 ¿Qué hizo diferente Corea del Sur? Si lo encapsulásemos en un solo concepto diría que el gobierno sudcoreano no se sometió como siervo de las metrópolis del sistema-mundo-capitalista, particularmente de Estados Unidos, y optó por el crecimiento con equidad, entendiéndolo como su interés nacional medular. Los gobiernos de Corea del Sur, como los mexicanos, también eran autoritarios, e incluso ahora están lejos de situarse en el ámbito de la real democracia. No obstante, a diferencia de los gobiernos priistas y ahora de los panistas, tienen dignidad y orgullo por su identidad nacional, lo que los compromete con el desarrollo social de su población.

En su análisis del desarrollo de Asia Oriental, Ankie Hoogvelt comenta que el éxito relativo en el desarrollo social de los llamados siete dragones del Asia Oriental (Corea del Sur, Hong Kong, Indonesia, Malasia, Singapur, Tailandia y Taiwan) provocó análisis opuestos según la vertiente de economía política que los emitía. Entre 1965 y 1990 estas naciones, también llamadas Economías de Asia Oriental de Alto Desempeño (HPEAs por sus siglas en inglés) crecieron a un ritmo superior al de cualquier otra región, incluyendo a los países ricos, y a casi al triple del ritmo de los países iberoamericanos.71 Así que era obligado desarrollar una teoría que explicara su alto desempeño. Hoogvelt relata que los promotores de la llamada teoría de la modernización – muy alineados con la teoría neoclásica progenitora del neoliberalismo– trataron de justificarlo apelando a su participación en la economía internacional en función de sus ventajas comparativas provenientes de las participaciones naturales de los factores de producción –especialmente los salarios bajos. En contraposición, losneomarxistas y los economistas estructuralistas que habían desarrollado la teoría de la dependencia, muy conocida en Iberoamérica, como el argentino Raúl Prebisch, consideraron inicialmente que el éxito en el desarrollo de Asia Oriental era aparente y pasajero pues las metrópolis sólo estaban explotando las ventajas
comparativas de la región para subsanar su pérdida de competitividad sin que esto se tradujera en un desarrollo social sostenible.

No obstante, cuando se hizo evidente que el desempeño de estas economías se volvía sostenible y que Corea del Sur, particularmente, mejoraba sensiblemente en muchos indicadores, especialmente en el fuerte incremento de los salarios reales, ambas teorías se vieron obligadas a converger parcialmente en una conclusión, según relata Hoogvelt. Ésta fue que el desarrollo capitalista de Asia Oriental situaba al Estado como el agente rector de la economía, de tal manera que el crecimiento económico tuviera una importante dosis de equidad. Otros, como los teorizantes de la economía políticaneolistiana72 también coincidían en que el éxito del modelo del Este de Asia se debía al papel estratégico del Estado para someter a las fuerzas  domésticas y foráneas a un interés económico nacional, acuñando el término de Estados desarrollistas. Otros, como el sociólogo Peter L. Berger lo explican en su revolución capitalista73 a partir de que las estrategias de desarrollo combinaron crecimiento con equidad desde el inicio de la modernización económica, en contraste con el falaz argumento de la escoria ladrona que insiste en que primero hay que crear riqueza para luego
distribuirla. Berger también coincide en que el modelo de Asia Oriental se distingue porque el proceso de modernización es dirigido por la autoridad pública y la intervención estatal en lugar de que fuesen las empresas individualmente, el libre mercado y la democracia representativa.74

Otras teorías, como la nueva teoría del comercio, de Krugman y de otros autores que se alejaron de la tradición neoclásica, argumentan, inspirándose en el éxito de Asia Oriental, que el mundo real es muy diferente del que se asume en la teoría neoliberal, pues los mercados domésticos no funcionan conforme a la mano invisible y padecen de distorsiones. Por ello, la estrategia de las ventajas comparativas no es efectiva para el desarrollo sino el comercio en el que se tienen ventajas competitivas de especialización. Esto es, los países no necesariamente se especializan y comercian para beneficiarse de sus ventajas comparativas, sino que también lo hacen en aquellas áreas en donde la especialización en sí misma les genera ganancias cada vez mayores. Este hecho, aunado a las distorsiones del mercado, hace necesaria la intervención del Estado para crear y promover ventajas dinámicas, como puede ser el respaldo al desarrollo de nuevas tecnologías,75 la antítesis de la cultura de la escoria ladrona mexicana.

No obstante, aunque el consenso sobre el éxito de Asia Oriental se centra en la idea de la rectoría del Estado para combinar crecimiento con equidad, no deja de ser evidente que dicha región todavía tiene mucho por hacer –con la excepción relativa de Corea del Sur– para sacar a millones de sus ciudadanos de la pobreza. Los salarios reales en Taiwan, Singapur y Hong Kong no han mejorado en el mismo grado que en el caso sudcoreano, pues en las últimas décadas se quedan atrás. Aunque los salarios son bastante menos indignos que los de países como México, parte del crecimiento se ha logrado sobre las espaldas de los trabajadores. Por ello, Walden Bello y Stephanie Rosenfeld, críticos del modelo de Asia Oriental, al valorar los límites del modelo de la región concluyen que se hace evidente que los modelos económicos que contraponen eficiencia del mercado con igualdad, y crecimiento económico con equilibrio ecológico son obsoletos.76 Ergo, todo sistema que antepone el mercado al bienestar social y de la Madre Tierra es insostenible y depredador. Por ello, a pesar de los logros alcanzados, el ejemplo de Asia Oriental hace evidente que el desarrollo sostenible tiene que anteponer a la gente y el planeta sobre el mercado, sometiendo las presiones naturales del sistema, como son la búsqueda de máxima eficiencia y competitividad, a un equilibrio que dé absoluta prioridad al bienestar de la
gente y el planeta a largo plazo. Es decir, el equilibrio siempre deberá conciliar los conflictos entre mercado y la gente y el planeta en favor de estos últimos.

En el caso particular de Corea del Sur, el papel del Estado dirigiendo al mercado destaca por su fuerte compromiso social que no duda en someter a las fuerzas del sistema-mundo-capitalista a la prioridad nacional de crecer con equidad. La meta no es el desarrollo del mercado doméstico en el sentido del paradigma keynesiano de generar demanda agregada respaldándola con un fuerte Estado de bienestar, sino crecer con equidad para eliminar la dependencia de las metrópolis. Esto es particularmente importante en el caso de Asia Oriental, pues, iniciando la posguerra, Estados Unidos puso énfasis en el desarrollo del Este de Asia, especialmente de Japón, Corea del Sur, Singapur y Taiwan, asegurando el sistema capitalista ante la amenaza del comunismo y su hegemonía en la región. Esto implicó que Estados Unidos aceptara substantivas condiciones asimétricas en sus relaciones comerciales con estos países para impulsar el desarrollo, lo que a la postre generó una fuerte dependencia de estos países con Estados Unidos.77

El modelo coreano se centra en el apoyo gubernamental a ciertos sectores identificados con la capacidad para ser competitivos globalmente (automotriz, electrónicos y petroquímica) y abrir el mercado sólo en aquellos sectores donde se alcanza competitividad mundial y no indiscriminadamente como en el caso mexicano. A su vez, se promueve la formación de inmensos conglomerados, los chaebols, imitando a loskeiretsus japoneses. El propósito es apoyar con recursos a grupos empresariales con capacidad comprobada con el objeto de favorecer las economías tecnológicas y organizativas de escala. Los chaebols constituyen un elemento de suma importancia en el corazón del modelo estratégico sudcoreano. La mayoría pertenecen a poderosas familias mediante sociedades accionarias, por lo que, al igual que en México, son también oligárquicos. La diferencia esencial con los grupos empresariales mexicanos, es que los sudcoreanos demuestran a través del tiempo un consistente compromiso con el desarrollo nacional con equidad y una capacidad empresarial muy superior.

Los chaebols más grandes, como Hyundai, poseen decenas de empresas. En 1984, las ventas combinadas de los diez conglomerados más grandes representaban dos tercios del PNB sudcoreano.78 En la industria automotriz por ejemplo, al igual que en México, requerían de un mínimo de contenido doméstico (50%). Sin embargo, a diferencia de México, Corea del Sur siguió su plan de sustitución de importaciones rigurosamente y sólo permitió la entrada de competidores extranjeros conforme iba aumentando su competitividad y contenido local. Su meta para este sector era entrar a los mercados mundiales, particularmente al estadounidense, con sus propias marcas. Así es que empresas y gobiernos colaboraron estrechamente para integrar a cada vez más proveedores domésticos a sus cadenas de abastecimiento, para desarrollar tecnologías y procesos propios y para subsidiar los precios de exportación con precios más altos para el mercado doméstico. En México, en diametral contraste, a pesar de que también se aplicó un modelo de economía mixta, la productividad y eficiencia siempre estuvieron y siguen descansando sobre el pago de salarios miserables, aún ahora cuando la mayor parte de la producción se exporta y se vende a precios globales. Además, la sustitución de importaciones ha sido eliminada y el desarrollo tecnológico olvidado. Como resultado, el modelo sudcoreano ha logrado que actualmente empresas como Hyundai, Kia, Daewoo y Samsung sean fuertes competidores globales mientras que México fue pauperizado.

La política del Estado sudcoreano de crecer con equidad ha hecho que los salarios manufactureros también hayan sido enormemente beneficiados. En 1975, el salario nominal por hora era de 0,32 dólares, apenas 11% de lo necesario para recibir un salario real homólogo a los de sus contrapartes estadounidenses, en términos de paridades de poder de compra. En 2006, los salarios sudcoreanos por hora se han incrementado a 14,72 dólares, equivalentes al 79% de lo necesario para homologarlo en poder de compra con el salario de sus contrapartes estadounidenses. Los salarios manufactureros sudcoreanos ya incluso disfrutan de una menor brecha salarial con sus contrapartes estadounidenses que los salarios japoneses equivalentes.79

Así las cosas, el papel del Estado como rector del mercado permitió que Corea del Sur gestionara con éxito, desde el ángulo de las reivindicaciones sociales, la crisis financiera que se desató en Asia a finales de los años noventa, como consecuencia de las especulaciones y presiones de la globalización neoliberal. Entre 1995 y 2006, la brecha de salarios dignos manufactureros, logra mantener su reducción paulatina, pasando de 50% en 1995 a 30% en 2000, 28% en 2005 y 21% en 2006, mostrando un desempeño mejor que el japonés, con 29% en 2006.80 Desde el ángulo del mercado, Corea del Sur es ya considerada en muchos aspectos como una economía desarrollada y muy competitiva a escala mundial.

El contraste entre los resultados obtenidos por Corea del Sur y México es abismal. La estrategia coreana responsabiliza al Estado en todo momento de dirigir el proceso de industrialización y nunca lo confía a la libre empresa, protegiendo así su industrialización y desarrollo social tanto como sea necesario. México inicia su industrialización de manera similar, con economía mixta, sustitución de importaciones y un Estado rector. Pero la proverbial corrupción endémica en la oligarquía político-empresarial, sus muy privados intereses y, sobre todo, la absoluta ausencia de compromiso y de lealtad a la nación, urden su asalto neocapitalista en lugar de proteger el interés nacional.

Lobo para los impuestos disfrazado de Cordero

Ernesto Cordero nos dejó “colgados de la brocha” a quienes lo estuvimos boletinando como el sucesor de Calderón en la candidatura presidencial del Partido Acción Nacional (PAN), pues recién acaba de autodescartarse como tal, a la mejor sabiendo que él o quien sea el abanderado azul en la disputa electora tiene perdida la elección. Así que Cordero (¿alguien sabe su segundo apellido, pues su ficha no aparece ni en el diccionario de los panistas?) es actualmente el titular de Hacienda y Crédito Público y presume de actuario e íntimo, muy amigo, de Calderón, al grado de que se da el lujo de no ser miembro del PAN y tener asesores priistas (como Gerardo Cajiga) y, empero, estar en el primer círculo.
Cordero es un lobo con jerga cantinflesca ya que hace declaraciones, como las vertidas acerca del nuevo presupuesto de ingresos, donde dice una cosa, se desdice y, además, habla tan enredado que bien a bien no se sabe lo que quiere expresar, tal vez por alguna disfunción entre su pensar y hablar que hace que la lengua se le trabe. Un día de ésos anunció que bajarían los impuestos y que no habría nuevos, así como en consecuencia no aumentarían los que Calderón lleva cuatro años subiendo como si lo hicieran en escalera mecánica. Después afirmó que no sabía si los impuestos, en el presupuesto que está por enviar al Congreso, sufrirían (aunque los que sufrimos somos los causantes cautivos) algunas alzas. No terminaba de pronunciar lo anterior, cuando aseguró que habría nuevos impuestos. Para terminar diciendo hace unas horas que “sería irresponsable” bajarlos.
Dice una cosa y se autocorrige para decir otra, con tan a la oaxaqueña (éstos, dicen, son tan enredosos que hasta el queso, llamado quesillo, enredan) que no se entiende lo que realmente busca comunicar. Lo único cierto es que disfrazándose de su apellido don Ernesto Cordero resulta un lobopara engañar con su camuflaje y amenazar a los mexicanos de que a los impuestos ya vigentes se adicionarán otros para continuar “bolseando” a quienes pagan con sus declaraciones fiscales mensuales y los ajustes al año fiscal. Y más amenazante ha sido Calderón al sostener que si el Congreso no le aprueba más gastos para su militarismo contra los delincuentes, entonces conforme a sus facultades autoritarias aumentará otros impuestos y mayores precios a la venta de bienes y servicios federales.
Así, pues, nos espera, como en los tiempos nefastos de Santa Anna, y quizá actualmente son días (en los cuatro años y pico de calderonismo), más ominosos y funestos, ya que caerán sobre nosotrosrayos y centellas cargados de impuestos agregados a los actuales. Y ese dinero que nos sustraen, más como impuestos (por su imposición) que contribuciones, ya no regresará en obras y servicios para la nación, sino que se irán por el desagüe de la corrupción de la seudoadministración federal.


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