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lunes, 27 de diciembre de 2010

....UN ASESINO MENOS....!!!!!! MUERE CARLOS ANDRES PEREZ

Carlos Andrés Pérez llegó a la presidencia de Venezuela en dos oportunidades (1974-1979 y 1989-1993) de la mano del partido Acción Democrática.

Prófugo de la justicia por su protagonismo en los hechos del 27 y 28 de Febrero de 1989 (el Sacudón, Caracazo o Guarenazo dejó entre mil a 3 mil personas asesinadas por los cuerpos represivos de aquel entonces), y por diferentes hechos de corrupción ocurridos en su gestión. 

La extradición de Pérez había sido solicitada por la República Bolivariana de Venezuela a la justicia estadounidense, sin mayores efectos.

Residía junto a su familia en la ciudad de Miami, y estaba alejado de la vida pública tras sufrir un accidente cerebro vascular.

Nació en Rubio, estado Táchira, el 27 de octubre de 1922.

Después de su segunda presidencia, Pérez se separa de su esposa y pasa a vivir con su secretaria, Cecilia Matos.

Muere en Miami tras sufrir repentinamente un ataque cardíaco según reporte de una de sus hijas.


Calderón y Televisa, Proceso y sus lectores

MIGUEL ÁNGEL GRANADOS CHAPA

México.-  Proceso es una publicación curtida en su enfrentamiento a los ataques desde el poder. Nació precisamente debido a una agresión desde la Presidencia de la República, que acabó con el diario Excélsior e impulsó a algunos de sus miembros a perseverar en el oficio periodístico a través de este semanario, que hace 34 años, a la par con el asentimiento de sus decenas de miles de lectores, suscita la animadversión de quienes ven aparecer en sus páginas sus malandanzas.
Pero esta vez Proceso ha suscitado la ira simultánea de dos poderes, que el lunes 24 de noviembre lanzaron una campaña, insidiosa y difamatoria, que busca desprestigiar a esta revista, disminuir por la desconfianza que de ello resulte el aprecio de sus lectores o, en el peor de los casos, llevar a juicio a la dirección del semanario y por lo menos a uno de sus reporteros, Ricardo Ravelo.
A partir de una presunta declaración ministerial montada ex profeso, el principal noticiario de Televisa, conducido por Joaquín López Dóriga, dedicó su espacio inicial, y casi seis minutos largos, a dar voz al testigo estelar de la PGR, Sergio Villarreal Barragán, apodado El Grande por su talla física. Dijo que había entregado 50 mil dólares a Ravelo para que dejara de ocuparse de él, ya que publicaba reiteradamente informaciones sobre sus actividades delincuenciales. El dinero habría surtido el buscado efecto silenciador, pues el reportero dejó de referirse al delincuente hasta que el 21 de noviembre pasado tornó a mencionarlo en un extenso reportaje anunciado en la portada de la revista, que incluía una foto del delincuente esposado y flanqueado por dos infantes de Marina. Sibilinamente se dejó flotar la impresión de que también la revista había sido gratificada de esa manera, y se llegó a la insinuación insidiosa al presentar, entre las “vistas” que acompañaban a la declaración de El Grande, la portada de un número de Proceso ya clásico en la historia reciente del periodismo. En ella aparecen el capo mafioso Ismael Zambada, ‘El Mayo’, y el fundador y presidente de Proceso, Julio Scherer, como vivo testimonio del encuentro periodístico que mantuvieron en un lugar ignorado.
El apresuramiento con que Televisa montó la maniobra la condujo a un desliz: al aire se dijo que la declaración se produjo el 4 de noviembre. Preocupaba a los perpetradores del engendro fijar una fecha distante del momento que causó la irritación presidencial canalizada a través de esa agresión. Pero los autores del engendro hicieron hablar a Villarreal de su aparición en la portada, que ocurriría ¡17 días después! del día en que se fechó su infundio. Tardíamente advertidos de su error, los urdidores de la oprobiosa trama pretendieron corregirla al día siguiente, alegando que no se dijo “4” sino “24” de noviembre. Pero la primera fecha consta en infinidad de registros, con fuerza que desnuda la patraña.
La Presidencia se había encolerizado porque en una parte sustraída al resumen oficial ‘El Grande’ narró, en su declaración ministerial (la inicial y auténtica, no la que se agregó en pegote mal hecho), el saludo que intercambió con el Presidente en 2006, cuando apadrinó a una hija del senador Guillermo Anaya en Torreón. El delincuente no dijo más, ni por supuesto Proceso añadió algo. Sólo hizo notar en la portada, para precisar la importancia de El Grande, que “hasta con Calderón convivió”.
No la oficina de prensa de Los Pinos, sino el vocero de seguridad del Gobierno Federal (Alejandro Poiré, aunque su nombre no figure en ella) remitió una carta a la revista, en que “rechaza categóricamente que haya existido algún contacto entre el Presidente de México y el presunto delincuente”, por lo que la información referida es “totalmente falsa”.
Esa contundencia no responde, no puede responder a los hechos. A pesar del retraimiento a que lo condena el Estado Mayor, el Presidente de la República ha saludado a lo largo de su gestión a miles de personas. Como es obvio, no se lleva registro de cada uno de esos breves intercambios, con los nombres de los interlocutores. De haberlo, bastaría buscar en el índice el nombre de Villarreal y al no hallarlo estar en situación de negar el encuentro. Pero en otras circunstancias, las que realmente prevalecen en el entorno presidencial, es inverosímil la negativa del vocero, no puede sostenerse más que en su irritada posición.
En el mismo número de Proceso donde aparece El Grande, Jenaro Villamil se asoma a La entraña del embate de Televisa contra Cofepris, y la revista publicó un adelanto de su libro El sexenio de Televisa, donde Villamil examina los vínculos entre ese consorcio y el Gobierno Federal (así como su hechura de Peña Nieto). Esa reiteración hubiera bastado para que el consorcio de los Emilio Azcárraga lanzara contra este semanario una andanada como la que dirigió poco antes contra la Comisión Federal de Prevención de Riesgo Sanitario y contra el IMSS, en defensa de los intereses de una sus filiales, que quiere el terreno llano para recibir un contrato de telecomunicaciones como el que ya se le adjudicó en el ISSSTE.
Unidas las irritaciones de los dos poderes, el Ejecutivo y el de Televisa, se produjo la andanada. En el mejor de los casos, el Gobierno Federal pretendería neutralizar el efecto de que aparezca en la declaración ministerial una referencia a Calderón y al vínculo que hubo entre su compadre Anaya y Villarreal, lazo familiar ya deshecho pero indudable y comprobable. Al revertirla contra el reportero que manejó esa declaración ministerial de un testigo protegido, se priva de toda credibilidad a lo dicho por El Grande. O se cree todo lo dicho por los testigos que se agencia la PGR o no se les cree nada.
Pero el propósito parece ir más lejos. Se trata de un ataque a la esencia misma del periodismo practicado por este semanario, la búsqueda de informaciones que se hacen verosímiles a fuerza de investigación y que suscitan la confianza de los lectores. Ya en julio del año pasado se intentó la maniobra que ahora se ahonda, la de perversamente proponer que hay un nexo entre Proceso y el narcotráfico. Al presentar en ese entonces un arsenal de La Familia Michoacana, la Policía Federal exhibió, junto con armas, parque y otros pertrechos, ejemplares de Proceso, leídos por los delincuentes a los que se desposeyó de esas herramientas de su trabajo.
Si los poderes fácticos, Televisa y el Gobierno, lograran imponer la infamia de que Proceso es una narco-revista y su personal cómplice o extorsionador de bandoleros, la suerte de este semanario quedaría sellada. Por fortuna, ese efecto depende en último término de los lectores, que no se dejarán engañar y defienden con su confianza una publicación nacida para servirlos…

*A nuestros lectores: Miguel Ángel Granados Chapa deja de escribir su colaboración dominical y diaria por motivo de vacaciones. Reanuda el próximo 4 de enero. Ofrecemos un artículo de nuestro columnista en defensa de la Revista Proceso publicado el 5 de diciembre en el semanario. 

SECUELAS DEL FASCISMO....México, el segundo país con mayor estrés laboral en el mundo: Ssa

De 30 a 40% de la población en el país lo sufre. Depresión, ansiedad y otros males, las consecuencias.

Ariane Díaz


México, DF.
México ocupa el segundo lugar en estrés laboral en todo el orbe, tras China, país que ostenta el primer puesto, informó la Secretaría de Salud en un comunicado
Se calcula que entre 30 y 40 por ciento de la población mexicana sufre este padecimiento, cuyas principales consecuencias derivan en trastornos psiquiátricos como la ansiedad, depresión, consumo de alcohol, mariguana y otras drogas, además de que puede causar hipertensión, diabetes, obesidad y problemas de índole cardiaco.
En los adultos el estrés puede manifestarse con pérdida del apetito y sueño constante, aislamiento, dificultad para establecer relaciones interpersonales, cansancio y dolor de cabeza crónico, molestias gástricas y digestivas.
Además, esta situación puede presentarse también en niños pequeños, apuntó la dependencia.

Internacionalismo: por el triunfo de la lucha en el estado español y en los otros países. ¡Huelga General Europea!

En la última manifestación contra los recortes sociales en el estado español, se podía respirar cierto ambiente de pesimismo: - ¡Qué poquitos que somos! - decían algunos, aunque la verdad no era para tanto. Sin embargo, cuando uno mira a su alrededor y observa qué ocurre en el estado español mientras las huelgas y luchas se suceden en Grecia, Italia, Francia, Reino Unido, Irlanda... tarde o temprano surge la pregunta de cómo  nos han afectado las experiencias vividas en décadas anteriores en este país, incluso a muchos que no las han vivido. En España, hasta hace seis meses y con cuatro millones de parados, no se había producido ninguna lucha importante.

Pues bien, la clase política de este país se ha encargado muy bien durante años de hacernos sentir miedo por manifestarnos e incluso, a los pocos que se han manifestado en estos últimos años, se les ha criminalizado para que su voz no fuera escuchada por el resto de la sociedad. Se han encargado durante años de separar a la sociedad por sectores, por religiones, por nacionalidades, por sexos, por bandos, ... enfrentan a cristianos contra musulmanes, como si los musulmanes fueran terroristas;  españoles frente a extranjeros; a funcionarios contra controladores aéreos, a mineros contra funcionarios,  catalanes contra andaluces…  El divide y vencerás es una pesada losa, pero existen procesos subterráneos que esa losa no nos deja ver y que tarde o temprano se manifestarán en cambios bruscos y repentinos, tal y como ha ocurrido a lo largo de la Historia. Cuanto más pesada sea la losa de piedra que tapona el volcán, más fuerte será la explosión, es una ley natural.

Hace más de varias décadas, casi una generación, que cayó el muro de Berlín  iniciándose una época caracterizada por una ofensiva importante contra los principios de izquierdas, unida por supuesto a la caricaturización y tergiversación de estos principios con la inestimable ayuda de las grandes mentiras o mentiras goebelianas que en épocas anteriores sirvieron para identificar el degenerado sistema estalinista  con el auténtico socialismo.  A todo esto habría que sumarle un período de auge económico hasta mediados de los años 90. Hemos sido educados con la idea de que no hay alternativa a este sistema y que otros sistemas no funcionan. Es algo que indudablemente  tiene su peso contra las luchas que se producen en toda Europa y van a marcar los ritmos de la toma de conciencia, ya que a diferencia de los años 60, de momento se observa en general más desesperación que ilusión.

El pasado 29 de septiembre se produjo una huelga general en el estado español, (coincidiendo con la jornada de acción europea) y en el estado español no se han echado atrás las medidas impuestas. Lógico y normal,  puesto que el enemigo a batir es un ente mucho más grande y superior que el gobierno de Zapatero y el estado español. Lo mismo ocurre en los otros países con sus respectivos gobiernos, sean de izquierdas o de derechas.  Se trata de enfrentarnos al  FMI, a la UE y del propio sistema capitalista.

Es normal que durante el último acto de protesta muchos trabajadores sintieran que  una medida de protesta "menor" como una  manifestación en un día festivo sería un acto de lucha  poco útil y efectivo. La clase obrera, no lo olvidemos, tiende a ser bastante pragmática, y es que los trabajadores no disponemos de mucho tiempo que perder.

Por eso los que estamos  en el grupo de facebook de la V Internacional defendemos algo que representa un salto cualitativo en la lucha, una respuesta que realmente puede poner a los autores de estas medidas antiobreras contra las cuerdas y que nos permitirá demostrar todo nuestro poder como clase:  UnaHuelga General Europea, y en defensa de  un programa auténticamente socialista.  Eso sí que animaría a los jóvenes y a los trabajadores de todo el estado español y de toda Europa a salir y tomar las calles. Hasta ahora, muchas medidas de protesta son más bien desesperadas, el pueblo siente que les estan arrebatando todo lo que les pertenece pero aún está en el proceso de ver que otro mundo es posible. Si somos capaces de transformar la desesperación en esperanza confiando en la posibilidad de derrocar el capitalismo, y si somos capaces de superar las fornteras ficticias que separan a nuestra clase por la unidad a nivel internacional,  veremos cómo cambian las cosas. Y creo firmemente que somos capaces, basta con intentarlo.

Salud y Revolución.

Rodrigo Alonso

¿Quién gobierna EEUU?

Bob Woodward, el periodista que desató el Watergate en compañía de Carl Bernstein, formula una respuesta a esa pregunta en su libro más reciente, Obama’s War (Simon & Schuster, Nueva York, 2010): ni el Poder Ejecutivo, ni el Poder Legislativo y menos el Judicial. Quien gobierna realmente, dice Woodward, es el complejo militar-industrial, es decir el Pentágono y las grandes empresas productoras de armamento, a cuyo directorio suelen ingresar no pocos jefes militares estadounidenses cuando se retiran. Leído el libro, Michael Moore espetó: “El título de ‘Comandante en Jefe’ (que detenta el presidente) es tan ceremonial como el de ‘Empleado del Mes’ del Burger King del barrio”. Léase lo que Obama’s War revela.
El sábado 28 de noviembre de 2009 Obama se reúne con miembros del Consejo Nacional de Seguridad a fin de diseñar su nueva estrategia para Afganistán. Los militares le presentan una sola opción: mandar más efectivos. El mandatario señala que no está cerrada la otra, la de establecer un plan de retirada, y el coronel de ejército John Tien expresa: “Sr. Presidente, no veo cómo puede usted desafiar a sus mandos militares. Porque si le dice al general McChrystal (entonces al mando de las tropas invasoras) ‘ya cuenta con recursos, pero decidí hacer otra cosa’, probablemente tendrá que reemplazarlo. Usted no le puede decir ‘hágalo a mi manera, gracias por su gran trabajo’. ¿Dónde acabaría esto?”.
El coronel Tien -agrega Woodward- no tuvo necesidad de explicar más. “Sus palabras implicaban que no sólo McChrystal sino también todo el alto mando militar podría rebelarse, Gates, el almirante Mike Mullen, el presidente del Estado Mayor y el general Petraeus, entonces jefe del comando central estadounidense. Tal vez ningún presidente podría resistir el embate, especialmente uno de 48 años de edad con cuatro años de senador y 10 meses de comandante en jefe.” Se conoce el final de la historia: tres días después, Obama anunció el envío de más tropas al país asiático.
Lyndon B. Johnson corrió suerte parecida. A él le tocó Vietnam. El asesinato de John Kennedy lo convirtió en presidente de EE.UU. en noviembre de 1963 y a pocas horas de asumir se le informó que la situación en Vietnam del Sur era más grave de lo que se podía suponer. El reconocido periodista Bill Moyers, que fue secretario de prensa de LBJ, grabó en secreto muchas conversaciones sostenidas entonces en la Casa Blanca y aun llamadas telefónicas del flamante presidente. Registró así las idas y venidas del mandatario, irresuelto sobre la conveniencia o no de escalar el conflicto.
Moyers relató que Johnson efectuaba consultas amplias dentro y fuera de la Casa Blanca (www.pbs.org, 201109) y venía resistiendo las presiones de líderes republicanos como Nixon y Goldwater: quería analizar la situación con cuidado y evaluar alternativas con su secretario de Defensa, Robert McNamara. El 2 de marzo de 1964 éste le presentó un memo urgente del Estado Mayor Conjunto que señalaba: “Impedir la caída de Vietnam del Sur es de suma importancia para Estados Unidos”.
Johnson no quiere ampliar la participación militar de EE.UU. en Vietnam, pero acaecen los dos incidentes del golfo de Tonkin que conducen a un enfrentamiento naval armado entre un buque norteamericano y lanchas lanzatorpedos norvietnamitas. LBJ acepta el aumento de tropas para combatir al Vietcong, aunque duda del origen del segundo choque que, como se descubrió después, fue una fabricación para forzarlo a tomar esa decisión.
Moyers da cuenta de las presiones del jefe del Pentágono y de la cúpula militar para lograr, como lograron, el incremento paulatino de efectivos. “Es difícil argumentar con los comandantes -es una frase grabada de LBJ-, porque en el fondo de mi pensamiento me inclino por una intervención muy limitada. Y no creo que los comandantes piensen lo mismo. En realidad, sé que no.” Cuando la guerra de Vietnam concluyó en 1975 con la derrota de EE.UU., habían participado en el conflicto dos millones y medio de militares norteamericanos y el número de bajas sufridas ascendía a casi 60.000. En tanto, las empresas armamentistas obtenían -como obtienen hoy- jugosos beneficios.
El general Dwight D. Eisenhower tenía plena conciencia de estos hechos. Lo preocupaban. En el discurso que pronunció el 17 de enero de 1961, al terminar su mandato presidencial, subrayó: “La conjunción de un inmenso aparato militar y de una vasta industria productora de armamento es nueva en la experiencia de EE.UU. Su influencia abarcadora -económica, política, incluso espiritual- se deja sentir en cada ciudad, cada Parlamento, cada oficina del gobierno federal…, debemos estar en guardia contra la adquisición de una influencia no autorizada por parte del complejo militar-industrial. El potencial del surgimiento desastroso de un poder indebido existe y persistirá”. No se equivocaba.

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