Para entender la complicada terminología militar de los informes, esta última institución incorpora un
glosario.
Según el análisis de los documentos que ha difundido la página fundada por Julian Assange al mismo tiempo que los medios informativos arriba citados, las autoridades estadounidenses dejaron sin investigar cientos de informes que denunciaban abusos, torturas, violaciones e incluso asesinatos perpetrados sistemáticamente por la Policía y el Ejército iraquí, aliados de las fuerzas internacionales que invadieron el país.
Oficiales británicos y estadounidenses insistían hasta ahora en que no había registro oficial de las víctimas, pero los documentos fijan en 66.081 los no combatientes muertos de un total de 109 000 bajas durante los seis años estudiados. Más de 15 000 civiles murieron en incidentes que hasta ahora se desconocían. La mayoría de víctimas civiles son, según se deduce de la información que maneja Estados Unidos, producto de ataques de milicias y ajustes de cuenta étnicos y políticos que las fuerzas de seguridad iraquíes e internacionales no fueron capaces de evitar.
Los informes de Wikileaks, apoyados por evidencias médicas, describen a prisioneros con los ojos vendados, maniatados y recibiendo golpes, latigazos y descargas eléctricas. Al tratarse de documentados acumulados por el ejército de Estados Unidos, estos hechos estarían, por tanto, todos en conocimiento del Pentágono.
Pasividad ante los abusos
La coalición de fuerzas internacionales en Iraq aparece como insensible a muchas de las revelaciones de abusos que le hacen sus soldados. El sello “No investigation is necessary” (”No es necesaria ninguna investigación”) marca las denuncias de abusos mejor fundamentadas.
The New York Times indica que los documentos incluyen referencias a la muerte de al menos seis presos bajo custodia iraquí. En centenares de informes se citan latigazos, quemaduras y palizas, y en un caso en particular los soldados estadounidenses apuntan sus sospechas de que los soldados iraquíes cortaron los dedos y quemaron con ácido a uno de los presos. Dos informes revelan la ejecución de dos prisioneros maniatados.
Algunos informes dejan claro que los soldados estadounidenses, cuando sospechan la posibilidad de torturas, interrumpen esas prácticas y confiscan los materiales con los que supuestamente se perpetran. En algunos de los casos, los militares estadounidenses abrieron una investigación pero en la mayoría parecen haberse limitado a informar a sus superiores y dejar las pesquisas en manos de las fuerzas iraquíes.
La frase “ningún soldado de la coalición estuvo implicado en el incidente” es frecuente en los informes. Mientras, en alguna ocasión, jefes de Policía local expresan su conformidad con las torturas, “con tal de que no dejaran marcas”. En otra ocasión, un oficial describe los abusos como “un método para desarrollar investigaciones”.
Lo que también queda claro es que, aunque los soldados estadounidenses no perpetraran abusos, sí utilizaron la amenaza de abusos por parte de las fuerzas iraquíes para obtener información de los detenidos. En las únicas referencias a violencia por parte de soldados de EE UU, estas alusiones no se documentan. Los casos más serios de este tipo, según el diario, se producen durante detenciones de presos y siempre les acompaña la apertura de una investigación.
Una filtración largamente anunciada
La filtración llega tras una semana de especulaciones sobre el contenido y alcance real del material que se adelantó que Wikileaks revelaría. La ingente cantidad de documentos liberados -casi 400.000 archivos clasificados- deja ahora muy atrás el que hasta el momento suponía el gran hito de filtraciones de la organización, la publicación de 75.000 archivos secretos en julio sobre la guerra de Afganistán y, anteriormente, la difusión de un vídeo de militares estadounidenses asesinando a un fotógrafo en Bagdad.
Después de que Wikileaks anunciara el viernes a través de Twitter que a la medianoche en Europa (6:00 pm en Cuba) haría “un anuncio importante”, el Departamento de Defensa de EE UU estaba en alerta roja, temeroso de que, además de desvelar detalles de operaciones conocidas y documentadas por la prensa en su momento, los archivos revelaran los nombres del personal que participó en las acciones, como ya pasó con los papeles de Afganistán.
Assenge acusa a EE UU de “crímenes de guerra”
Assange dijo que espera que al menos 40 condenas de muerte injustas sean desestimadas como resultado de esta publicación.
Asimismo, negó que se pueda poner en peligro a los soldados estadounidenses o a los civiles iraquíes con la revelación de los documentos.
Assange ha enfatizado el esfuerzo realizado por el sitio web en comparación con la filtración de los documentos relativos a la guerra de Afganistán: “En esta ocasión hemos realizado un enfoque mucho más enérgico que el que realizamos con el material de Afganistán, no porque creyésemos que a aquel enfoque le faltase algo, sino para prevenir distracciones sobre el verdadero contenido por parte de gente que quiere desviar la atención”.
La cadena CNN señala que al comparar los documentos de Afganistán filtrados en julio con los adelantados este viernes por Wikileaks se puede comprobar que han eliminado datos irrelevantes para el conjunto de la información que podrían ser sensibles para los intereses estadounidenses.
A pesar de esta redacción, el Pentágono se mantiene crítico con la publicación de estos documentos alegando que Wikileaks no tiene derecho a publicarlos y que no está preparada para entender qué información es delicada.
“Nuestro problema con Wikileaks va más allá de que saque a la luz el nombre de personas”, dijo este viernes un portavoz del Pentágono, el coronel David Lapan.
“Hay muchas otras informaciones que describimos que podrían ser delicadas y van más allá de simples nombres, y ellos no tienen la experiencia suficiente para saber cuáles son”.
Assange se defiende también de estas acusaciones: “[El Pentágono] no puede encontrar a una sola persona que haya resultado herida” por la anterior filtración de la web de más de 76.000 folios sobre la guerra de Afganistán.
Julian Assange deja plantada a la CNN cuando empieza a manipular una entrevista que le concediera
Una versión rápida de lo que ocurre para quienes no entienden el inglés. La periodista de la CNN primero empieza preguntando que por qué ha habido varias personas que han dejado la organización Wikileaks y Assange le responde que sólo ha habido una persona que ha salido de la organización y que salió porque fue expulsada por su mal comportamiento.
La periodista insiste en que son varias personas y Assange pregunta insistentemente las fuentes concretas de esa errónea información. La periodista continúa diciendo que la razón por la que varias personas (sólo ha sido una pero ella sigue dale que dale) han salido de Wikileaks es por la personalidad de Assange, y Julian le responde que el rol que él tiene es ser la persona que recibe todos los ataques dirigidos hacia Wikileaks, que eso también tiene como consecuencia que la gente también le relacione con todas las victorias de Wikileaks pero que eso es secundario: él está para recibir los ataques.
Julian responde varias veces a la misma pregunta y avisa que no han venido a hablar de los ataques personales y sucios a su persona, sino de la muerte de decenas de miles de personas en Iraq y la periodista vuelve a lo mismo. Le avisa que si sigue con lo mismo. Como ella neciamente vuelve a lo mismo, Julián se levanta y se va.