Las huelgas infunden tanto espanto a los capitalistas porque comienzan a hacer vacilar su dominio (...) Todo este mecanismo lo mueve el obrero, que cultiva la tierra, extrae el mineral, elabora las mercancías (…) recuerdan a los capitalistas que los verdaderos dueños son los obreros, que proclaman con creciente fuerza sus derechos, y a los obreros que su situación no es desesperada y que no están solos(…) V.I. Lenin
¿Somos realmente conscientes de la gravedad de la crisis capitalista a nivel mundial? ¿De los grandes acontecimientos a los que apenas comenzamos a enfrentarnos en todo el mundo a principios del siglo XXI? Nuestro cerebro es conservador. Apenas hemos comenzado a planteárnoslo ¿Las razones? El peso de la rutina, el miedo, el “sálvese quien pueda", el falso binomio impotencia-frustración.... La correlación de fuerzas y la disposición de las direcciones de nuestra clase a llegar hasta el final en la lucha son factores clave para avanzar. Pero el peso decisivo está en nuestra conciencia de clase, en nuestra acción desde abajo, en las asambleas y en las calles, en ser conscientes de que el único futuro es el que conquistemos peleándolo contra la clase dominante.Las salidas individuales están rotas. No hay otra opción que luchar.
¿Qué vemos? En América Latina se viven revoluciones. En Europa, grandes luchas y huelgas generales, lo que ha abierto una nueva etapa. En la última década parecía apreciarse que existía una cierta pasividad de las masas. ¿A que obedece lo que se llama “pasividad”? En realidad nos quieren hacer creer individualmente que existe esa supuesta pasividad, lo cual no es cierto. El principal peso de los procesos siempre se da de forma subterránea. Como en un volcán, en la superficie no se aprecia ningún fenómeno mientras en el interior el magma ebulle, hasta que encuentra un cauce de expresión, la salida y explota. Esto ,en realidad, no es “pasividad”. La clase obrera europea no está “aburguesada”, como afirma algún sector de la inteligentsia progre. No se puede afirmar esto después de seis huelgas generales en Grecia, otras tantas en Francia, de un histórico 29 S como Jornada de Acción Europea, que marca apenas el comienzo de la lucha de clases internacionalista en el suelo de Europa. Lo que se observa no es más que la punta del iceberg.
Por primera vez una generación está viviendo peor que sus padres. La idea era: “nos sacrificamos por nuestros hijos”. Sin embargo, nada hace ver que bajo el capitalismo el futuro de nuestros hijos vaya a mejorar. Lo que se destruye en empleo, seguridad social, el llamado estado del bienestar al capitalismo no le interesa crearlo de nuevo, ni siquiera en el caso poco probable de un crecimiento económico a corto plazo. Son prescindibles muchos trabajadores no cualificados, pobres, sectores de la economía... les es prescindible que exista un seguro médico público y universal, una jubilación, no ya digna, sino cualquiera, prestaciones sociales...
Aunque no se da en toda la clase, no podemos dejar de apreciar que en ciertos sectores permean algunos comentarios fatalistas. “¿Para que luchar si no se va a conseguir nada?” “Nuestros hijos nos pueden acusar de perder una guerra pero no de haber desertado de ella” “Que no se diga que no lo hemos intentado”. Este tipo de ideas todavía las podemos escuchar en comentarios en las calles y en ciertos análisis impresos. El sistema con su propaganda ha inculcado este prejuicio de una visión “resignada”, un cierto determinismo fatalista, que es una verdadera cárcel para el futuro de los trabajadores. La realidad se presenta filtrada por el prisma de la dinámica del capitalismo. Esto nos empuja a analizar de forma separada las cosas, compartimentada. El capitalismo nació con la industrialización y con ella se potenció la especialización del trabajo. Así, individuos con una función especifica, como los lideres políticos y sindicales de izquierda, son los que tendrían la función de solucionar “mi” problema. Si ellos no lo hacen, pareciera que no hay nada que hacer, porque la visión que tengo de mí como individuo aislado no me permite ver esa posibilidad. Esto marca una imposibilidad de pensarse como clase para sí, mientras no se supere este estadio de la conciencia. Ahí radica una parte del problema. Es un reflejo del sistema en que vivimos. Sólo la experiencia a través de grandes acontecimientos es el antídoto. Las asambleas generales de centros de trabajo en Francia empiezan a aprobar y convocar desde abajo, cada día, la continuación de la huelga.
En cierta forma, es posible hablar de un retroceso en la conciencia, de una pérdida de tradiciones ideológicas de la clase en Europa durante un periodo, cuando la socialdemocracia vendía como salida la no necesidad de luchar, de revoluciones, sino “primero generemos riqueza y luego repartiremos y habrá justicia y equidad social” por medio de la negociación civilizada y “democrática”, casi un pacto entre “caballeros”. El crecimiento económico se dio durante más de una década y lo que ha sucedido es que los ricos son más ricos y los pobres mucho más pobres. Y los dirigentes de los ex PC´s aceptaron está dinámica, no presentaron batalla en las calles, se resignaron y en ocasiones formaron parte de esos gobiernos burgueses que aplicaban esa política en una forma u otra. La negociación enterró la movilización, salvo explosiones puntuales. “¿Para qué lucho si todos mis dirigentes dicen que el único sistema posible es el capitalismo y veo que crece, aunque me endeude?” Hasta que las burbujas inmobiliarias y demás estallaron (aunque la crisis no se deba a esas burbujas sino al propio ciclo estructural y las contradicciones inherentes al sistema capitalista) y junto a ellas, la ilusión, la falsedad de este tipo de premisas .
¡Hay que romper con esta sicología! Se prefiere pensar que la “mano invisible” del mercado, el curso natural de los acontecimientos, lo va a resolver, tal y como algunos creen que sucedió en el pasado, sin caer en la cuenta de lo que “solucionó”, en realidad sólo le dio un nuevo balón de oxígeno a las contradicciones capitalistas con anterioridad, fue la guerra: las mundiales, las de saqueo colonialista...y lo que éstas supusieron, como fascismo, genocidio, holocausto, progromos, persecuciones contra minorías...
La expresión del proceso de creciente polarización en América Latina se da en términos de revolución y contrarrevolución: avances revolucionarios en Venezuela, Bolivia, Ecuador y golpes de estado en Honduras (triunfante temporalmente) y en el mismo Ecuador (derrotado), segunda derrota histórica para el imperialismo en el continente americano, tras el golpe contra Chávez en la Venezuela de 2002. En Europa el proceso toma forma, por un lado, en estos momentos, con la mayoría de gobiernos en manos de la derecha y avances electorales de la extrema derecha en Austria, Suecia, Holanda y Dinamarca con cada vez mayores acciones en la calle de pistoleros de la reacción disparando contra mezquitas o migrantes. Por otro lado, una oleada de Huelgas Generales y Jornadas de Lucha, con millones de trabajadores en las calles, radicalizando las acciones, como en Francia (huelga indefinida en sectores estratégicos prorrogada por votación asamblearia cada 24 horas) y Grecia, destacadamente, con España iniciando apenas una primera huelga general.
La persecución, acoso y deportación de gitanos europeos, ciudadanos rumanos en su mayoría, por motivos raciales y xenófobos, en Francia, sin olvidar a Italia, no hace unos 75 años sino ahora, es una clara y cruel advertencia del peligro de volver al pasado más oscuro de Europa. No olvidemos que estamos luchando contra hábitos, rutinas y siglos de propaganda capitalista y de las clases dominantes en todas las etapas históricas de una sociedad divida en clases.
Internacionalismo
Mientras en América Latina los procesos tienden al internacionalismo, al poder popular y comunal, es decir, a lo colectivo, en Europa, hasta ahora, hemos visto el proceso contrario. Por eso ha sido tan fundamental el ejemplo de los trabajadores de Grecia y su “Pueblos de Europa , alzaos”, que abrió desde entonces una nueva etapa en la lucha de clases en el Viejo Continente. Apenas han transcurrido meses que parecen siglos. Y la antorcha ya ha prendido. Cuando una idea se apodera de la mente de las masas se convierte en una fuerza material. Las luchas nunca parten de nuevo de cero sino del punto anterior donde se quedaron. Eso marca ritmos distintos en los países, por eso la unificación de las luchas es un necesario avance. Ahora Francia da un paso cualitativo, la Huelga General es indefinida en sectores estratégicos de la economía como transportes y energéticos, mientras en América Latina se dan huelgas generales combinadas, con cortes de carreteras, tomas de edificios publicas...Y en España, Huelga General con luchas y ocupaciones de minas. ¿Qué sectores están en combate? Pesos pesados de la clase, y con tradiciones históricas: energía, mineros, transporte. Es el poder de la clase obrera. Los trabajadores tienen en sus manos los botones, las teclas, las palancas, las llaves de paso, todo...sin su permiso nada se mueve, con su permiso y firme determinación el poder es suyo.
En Europa, vemos a Francia con demostraciones de creciente fuerza obrera y también observamos, igual que en otros países de Europa, el avance de medidas reaccionarias sólo posibles por la bancarrota del reformismo. Dialécticamente ¿hay contradicción? necesariamente.
¿Cómo afecta a la clase obrera, en su conciencia, la conversión del reformismo al contrarreformismo? Ya no existe un reformismo sin reformas, es un “reformismo” de contrarreformas. Si tú aceptas la lógica del sistema capitalista, no existe otra opción que cumplir su normas, obliga a seguir sus leyes.
Mientras los voceros del imperialismo insisten más que nunca en que Marx ha muerto lo que realmente ha muerto, a los ojos de millones de trabajadores dentro y fuera de Europa, ha sido el modelo nórdico de Estado del Bienestar. En este contexto, el mal llamado reformismo no puede parar los peligros de avanzar hacia estados policiales- militares o fascistas. La fórmula propuesta por Durao Barroso iba en el sentido de imponer el orden por la fuerza. El reformismo fue incapaz de frenar a la reacción en los años 30 y ahora es de nuevo impotente ante la crisis.
La Huelga General y las movilizaciones, ambas, han sido un éxito no solo en España, sino en Europa y el mundo. El clamor que un día se levantó en Grecia, al grito de “Pueblos de Europa, alzaos” (Peoples of Europe, rise up) ha superado incluso las fronteras del Viejo Continente. No podía ser y no ha sido de otra manera. La semilla del internacionalismo, alojada en el corazón de cualquier trabajador del mundo con un mínimo de conciencia de clase, el mejor abono sin duda, comienza a florecer. Y la necesidad la riega.
Inicialmente, antes del 29 S, la expresión del necesario internacionalismo (la acción unitaria de organizaciones de masas de la clase el mismo día traspasando las fronteras nacionales y que encaminara a cuestionar la propiedad privada de medios de producción) a falta de direcciones de organizaciones obreras que lo potenciaran, más allá de celebrar efemérides y campañas de solidaridad, necesarias pero insuficientes, encontró una vía de expresión en el ciberespacio, por donde las imágenes de las pancartas del Partenón y la Acropólis griega, llamando a la unidad de acción del proletariado de las naciones europeas, recorrió todos los puntos del planeta. Esto, sin duda, junto a la presión de las bases de las organizaciones obreras hacia sus dirigentes, jugó un papel en la materialización del European Day of Action. Incluso, por primera vez, atravesó las fronteras continentales. Tampoco es baladí que en el estado español la prensa oficial se hiciera eco del papel de Internet y de las redes sociales, entre las cuales destacó a la página que precisamente se fundó por parte de los miembros del grupo de la V Internacional, bajo el principio fundamental del internacionalismo: "29 S. Hacia la huelga general mundial". Ha sido valorada como la segunda página más influyente, en lengua española, sobre la huelga. Una página que en su momento sufrió la censura al tercer día de iniciada, cuando cada día recibía un promedio de 1,000 nuevos adherentes, y que tuvo que ser puesta en marcha por segunda ocasión, tras una campaña mundial de denuncia de la censura, que recibió muestras de solidaridad desde los cinco continentes.....En ese contexto se enmarca el reciente ataque en el estado español al portal alternativo Kaos en la Red y el intento de criminalizar todo web site de pensamiento crítico, para lo que el imperialismo USA ha creado CYBERCOM, un comando de la US Army ubicado en Fort Meade (Maryland) para la cyberguerra, a la que denominan “quinto espacio de batalla militar”.
Los estrategas más perspicaces de la burguesía saben que detrás de toda Huelga realmente General se esconden ya no solo elementos de doble poder sino la hidra potencial de la revolución. En sí, la etapa superior de la Huelga General no es la indefinida, ni otro escalón superior que sería la huelga internacional, sino la insurreccional, aunque todavía no estamos en esta fase, que nadie nos malinterprete. Las huelgas generales en Francia pueden derribar a Sarkozy, empezando por ahí...Y a nadie escapa la importancia de este hecho por sí mismo para la confianza, la moral, el avance en la lucha, el sentirse clase para si del proletariado europeo ante una noticia semejante....
Hay un antes y un después del 29 S. El 29 S no empieza ni termina ese día. Señala el camino a seguir en el futuro: el del internacionalismo, la extensión y coordinación de la lucha. Una consigna central es: ¡Ni una lucha aislada más! El internacionalismo, que se expresaba inicialmente en América Latina, se materializa en Europa y ahora es mundialización.
El camino hacia la Huelga General Mundial
Esta lucha, en última instancia, no se puede ganar país a país. En la práctica, durante el 29 S la clase obrera del mundo ha superado las fronteras nacionales. En la Huelga General de 24 horas en España el seguimiento de la huelga fue de más de un 70% y 10 millones de trabajadores la secundaron. Manifestaciones en Madrid con 500,000 participantes; en Barcelona unos 400,000. La Euromanifestación de Bruselas tuvo 100,000 manifestantes. Hubo demostraciones, paros parciales, etc... en más de 100 ciudades en 30 países. No sólo ha sido en Europa. Si Grecia fue el factor que “europeizó” la lucha, México fue el que la mundializó. Toda Latinoamérica está en lucha. El internacionalismo tiene un profundo arraigo. Por esa razón el Sindicato Mexicano de Electricistas hizo suya la reivindicación del 29 S y la llevó adelante. Manifestaciones como las de México DF se produjeron también en Panamá, Buenos Aires, Santiago de Chile, Perú, Canadá, Boston... y en otros continentes se dieron muestras de apoyo, como en Canberra (Australia).
El 29 S constituye una sacudida para la conciencia de todas las bases en las formaciones de izquierda y una presión desde abajo para las direcciones. Ninguna organización queda al margen de este proceso, venga de la tradición socialista o comunista. Los sindicatos y partidos de la clase no pueden pretender ganar esta lucha si no la enlazamos a la lucha internacional contra el capitalismo, por implementar un programa socialista en todo el mundo. El 29 S también fue el fracaso del miedo. Ha sido el inicio del triunfo de la necesidad sobre los miedos, en el camino hacia una Huelga General en el mundo como nunca antes en la historia se ha producido.
Daniel Guerra y Martín Moreno