- Firman pacto para aplicar los principios de
comida justa
en la industria del jitomate
- Llevó 15 años de lucha alcanzar este convenio: Coalición de Trabajadores de Immokalee
- Granjeros pagarán un centavo más por libra, lo que podría duplicar el salario de un labriego
Lucas Benítez, uno de los líderes y fundador de la Coalición de Trabajadores de Immokalee (a la izquierda), y Reggie Brown, del Florida Tomato Growers Exchange (en medio) firman un acuerdo para fijar los principios de comida justaen casi 90 por ciento de los campos de jitomate de Florida. Observa Gerardo Reyes, otro dirigente de la coalición de jornalerosFoto CIW |
Estados Unidos Nueva York.- Jornaleros inmigrantes en Florida –la mayoría mexicanos y guatemaltecos– lograron hoy un acuerdo histórico con la principal asociación de granjeros de jitomate, después de una lucha de 15 años y más de medio siglo después de que se revelaron, a nivel nacional, las condiciones laborales que en algunos casos llegaban a ser de esclavitud en los campos agrícolas de ese estado.
La Coalición de Trabajadores de Immokalee (CIW, por sus siglas en inglés), y el Florida Tomato Growers Exchange (FTGE) firmaron hoy un acuerdo para aplicar los principios de
comida justaen más de 90 por ciento de la industria jitomatera de Florida, lo que incluye un estricto código de conducta, un sistema cooperativo de resolución de quejas, un programa participativo de salud y seguridad, y un proyecto de educación entre trabajadores.
Además, los granjeros que se suman al acuerdo, incluidos algunos de los que cuentan con las operaciones agrarias de jitomate más grandes del estado, ahora pagarán un centavo más por libra, que acordaron algunos de los grandes compradores comerciales del jitomate como resultado de campañas nacionales libradas, y ganadas, por el CIW frente a Taco Bell, McDonald’s, Burger King, Subway y otros.
Este es un parteaguas en la historia de la agricultura en Florida, declaró hoy el guerrerense Lucas Benítez, uno de los líderes y fundadores del CIW. “Con este acuerdo, la industria del jitomate de Florida –trabajadores y granjeros– se une para dar vuelta a la página del conflicto y estancamiento del pasado, para forjar una industria nueva y más fuerte”.
En breve entrevista con La Jornada,Benítez afirmó que esto
es nuestro mayor logro desde que iniciamos hace 15 años, ya que estamos hablando de casi todos los agricultores de jitomate.
A la vez, advirtió, en declaraciones en la sede de Immokalee al firmar el acuerdo, que “aún queda mucho por hacer; este es el principio, no el fin, de un camino muy largo. Pero con este acuerdo las piezas están en su lugar para hacer de la industria del jitomate de Florida un modelo social de rendición de cuentas para el siglo XXI.
Con este acuerdo, estaremos trabajando con los granjeros para identificar y eliminar abusos a través de un sistema de investigaciones y resoluciones cooperativas de quejas, con consecuencias reales para violaciones, incluida la tolerancia cero para el trabajo forzado, informó Benítez en conferencia de prensa.
Gerardo Reyes, otro líder del CIW, agregó que medio siglo después de que un reportaje del legendario teleperiodista Edward Murrow llamado
Cosecha de vergüenzafue transmitido al aire revelando al país las condiciones infrahumanas de los jornaleros,
ha aparecido una solución en el horizonte por medio de la Campaña por la Comida Justa, en referencia a la campaña nacional del CIW para lograr este acuerdo. Reyes advirtió que el convenio, para alcanzar sus metas, aún requiere que las cadenas de supermercados se sumen a apoyar las normas más altas, como lo han hecho varias de las empresas de comida rápida.
El CIW, organización laboral de base comunitaria con más de 4 mil miembros, nació en Immokalee con uno de los sectores más vulnerables y desprotegidos del país: inmigrantes latinoamericanos y caribeños sujetos a condiciones laborales sin goce de derechos o garantías básicas.
De hecho, el CIW ha participado en la liberación de miles de jornaleros en Florida por medio de casos legales bajo las leyes antiesclavitud del estado. Con el apoyo de redes nacionales de estudiantes, grupos comunitarios, organizaciones de derechos humanos y de consumidores, e iglesias, así como el apoyo de la familia Kennedy, la participación de figuras como el ex presidente Jimmy Carter, y de algunos senadores y representantes federales, el CIW ha logrado obligar a algunas de las empresas de alimentos más poderosas y grandes del país a negociar acuerdos para incrementar los salarios de los jornaleros, mejorar sus condiciones y presionar a otras empresas a hacer lo mismo.
Pero uno de los grandes obstáculos hasta ahora ha sido la feroz y hasta violenta oposición de los granjeros de la zona. Con el acuerdo logrado entre el CIW y dos de los agricultores de jitomate más grandes hace unos días (Six L’s, la más fuerte del estado, y Pacific Tomato Growers), se empezó un proceso sin precedente que culminó en el anuncio de hoy, en el que los 13 granjeros –que representan 92 por ciento de toda la industria del jitomate en Florida– se comprometen a desarrollar e implementar las medidas, normas y procesos acordados dentro de un plazo de dos años.
La asociación de las granjas FTGE emitió un comunicado hoy en el cual se compromete a apoyar
soluciones integrales que mejoren la vida de los jornaleros y sus familias. Por ello, hemos acordado trabajar con el CIW en establecer nuevas normas de rendimiento de cuentas sociales verificables para la industria del jitomate.
Las campañas del CIW mantienen la presión a cadenas regionales y nacionales de supermercados –como Publix– para obligarlos a apoyar las nuevas normas y pagar un centavo más por libra, lo cual puede casi duplicar el salario de algunos jornaleros. (Para mas información:www.ciw-online.org/).
Así, desde una esquina poco conocida de este país, se escuchan ecos –esta vez en español– de las grandes luchas laborales y sociales de la historia poco conocida de este superpoder.
David Brooks / corresponsal