Buenos Aires, 17 de septiembre. El ex dictador Jorge Rafael Videla admitió que el ejército actuó con
crueldaden la dictadura militar que él presidió durante cinco años, pero sostuvo que no fueron
sádicosen lo que calificó como una
guerra interna contra la subversión, al cerrar la jornada 31 del juicio que se realiza en Córdoba y en el que está acusado de crímenes de lesa humanidad junto con otros 29 ex militares y policías.
Que fuimos crueles, nadie lo dude. Sí, lo hicimos en el marco de crueldad que impone toda guerra por su propia naturaleza. Pero no fuimos sádicos. Agregó que él y sus correligionarios
salvaron a la patria. La salvamos como creímos que debíamos hacerlo.
No creíamos que con otros medios fuéramos capaces de hacer lo que hicimos. Arrójennos la culpa al rostro y gocen de los resultados porque nosotros seremos los verdugos, sean ustedes los hombres libres, espetó Videla.
Videla, quien escuchó impasible los escalofriantes relatos de los sobrevivientes y testigos de los crímenes cometidos en la penitenciaría número uno de Córdoba, criticó a las víctimas y dijo que
hace dos meses (desde el comienzo del juicio), en forma insistente y reiterada, venimos escuchando testimonios poco espontáneos y hasta diría teatralizados. Añadió que
todos los testigos se presentan como víctimas, cuando el único denominador que los une es haber pertenecido al terrorismo en distintos grados de participación.
Los acusados están siendo juzgados por el asesinato de 31 presos políticos y a pesar de que el ex dictador escuchó narraciones precisas y dolorosas de sobrevivientes y testigos, no tuvo ni un gesto de humanidad cuando pidió la palabra a los magistrados del Tribunal Federal número uno para
honrarsus
responsabilidades castrenses asumidas en plenitud respecto a lo actuado por el ejército en la guerra ordenada por un gobierno constitucional en pleno ejercicio de sus facultades.
Se refería a una orden dictada en 1975 durante el gobierno de Estela Martínez de Perón, al cual Videla derrocó, el decreto 2772 en que se ponía bajo el control del comando superior del presidente a las fuerzas armadas con la misión de
ejecutar operaciones militares y de seguridad necesarias a efectos de aniquilar a los subversivos en todo el territorio.
Videla rechazó la calificación de
asociación ilícita, que emplearon los jueces para mencionar las acciones del ejército durante la pasada dictadura. Agregó que los soldados del actual ejército son
víctimas propicias para ser confundidos y engañadospor una campaña de desprestigio.
Quiero desagraviar al ejército denunciando una campaña sistemática de desprestigio con vistas a su destrucción con el objetivo intermedio de subvertir a la nación al mejor estilo de Gramsci(Antonio, filósofo y teórico marxista), sostuvo Videla, quien también desconoció el poder de la justicia para juzgarlo al considerar que “ni la Constitución, ni las leyes nacionales, ni las internacionales agregadas a ellas, le otorgan competencia para juzgar, menos aún por hechos que han sido debidamente juzgados en la causa 13/84 llamada ‘De los comandantes’”.
Además, negó que los militares cumplieran tareas en forma permanente en la ex penitenciaría número uno, de Córdoba, a pesar de que lo han reconocido algunos policías y penitenciarios.
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