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sábado, 2 de octubre de 2010

Agreden federales a periodistas de Norte y Canal 44

En diferentes eventos, representantes de dos medios de comunicación fueron agredidos por elementos de la Policía Federal (PF) mientras realizaban su labor periodística.

Al momento de los ataques los reporteros se encontraban solos y alcanzaron a solicitar auxilio, lo que generó la movilización de los comunicadores de prensa, radio y televisión, en apoyo de los afectados.

El primer altercado ocurrió a las 10:30 horas aproximadamente en el cruce de las calles Miguel Hidalgo y Oro, cuando reporteros del periódico Norte, acudieron a la estación de Policía Delicias, ubicada en la calle Oro y 16 de Septiembre.

La periodista Nohemí Barraza acompañaba a Félix González y al fotógrafo Manuel Sáenz, quienes recababan información en torno al atentado perpetrado la noche del jueves contra la delegación de Policía.

“Estábamos tomando fotos en la estación de Policía, se queda Nohemí en el auto estacionado en la calle Miguel Hidalgo y 16 de Septiembre, cuando nos marca por el radio y nos dice ‘están federales y me quieren llevar (arrestar)’ y nos acercamos corriendo”, narró Félix González.

El reportero y fotógrafos observaron que junto a Nohemí estaba el camarógrafo de Canal 44, Eduardo Urrutia, quien estaba filmando el daño que sufrió el edificio y se percató de que los agentes federales estaban rodeando a la periodista.

Barraza estaba dentro del vehículo cuando observó que agentes federales iban corriendo tras un hombre al que tumbaron y empezaron a golpear, ella bajó de la unidad y tomó varias fotos con su teléfono celular.

En ese momento fue detectada por un agente por lo que se dirigieron hacia ella para exigirle que entregara el teléfono o la tarjeta de la memoria que contenía las fotos.

Ella se negó a entregar el aparato y era agredida verbalmente cuando Urrutia se percató del hecho y acudió en su ayuda.

“Se acercan con ella, (los federales) estaban alegando con Lalo Urrutia y a Nohemí le estaban reclamando que por qué les estaba tomando fotos. Nohemí dijo que frente a ella los agentes llamaron a dos unidades y una especial para el traslado de féminas porque la iban a arrestar”, agregó.

Cuando llegaron al lugar el reportero y el fotógrafo los oficiales les exigieron que se identificaran y ellos mostraron los gafetes de la empresa periodística en la que laboran. Sin embargo, los oficiales les ordenaron que las entregaran a lo que ellos se negaron.

“La molestia era que en ningún momento se las entregó como ellos querían, ahí se hizo la discusión”, narró.

Indicó que un oficial les dijo que ‘la ignorancia es igual que la prepotencia”.

“Yo me sentí ofendido y le pregunté que por qué nos decía eso y les dije ‘por eso estudien’ y fue cuando se regresa y me dice ‘por si no lo sabes tengo un grado de maestría en economía’ y yo le contesté ‘qué haces entonces aquí’”, dijo.

En ese momento fue cuando se acercaron más compañeros de otros medios de comunicación y los agentes decidieron retirarse, no sin antes lanzar una amenaza.

“El oficial Roberto Martínez Luna me dijo: ‘nos vemos mañana, acuérdense, ahí andamos’, yo lo sentí como una clara amenaza”, indicó González.

El periodista planteó que esta no es la primera agresión cometida por los federales, pero en este caso, consideraron grave el abuso de autoridad cometido contra Nohemí Barraza a la que intimidaron con arrestar sólo por tomar fotografías de una agresión contra un ciudadano.

“Ella estaba sola y la amedrentaron”, afirmó.

Para las 12:20 horas parecía que la amenaza se cumplía. Eduardo Urrutia, camarógrafo de Canal 44 fue agredido cuando transitaba por el bulevar Zaragoza y De las Torres donde los federales instalaron un retén.

El camarógrafo explicó que iba circulando y ningún agente le hizo una señal para que se detuviera pero apenas había circulado unos metros cuando un oficial de la patrulla 14083 le dice que se orille y con palabras altisonantes lo hace bajar de la unidad propiedad de la empresa televisora que está debidamente identificada.

“Me empezó a gritar con palabras altisonantes que por qué no me detenía si atrás me ordenaron que me detuviera, pero no fue cierto, no me dijeron nada, luego me empujó, pateó la unidad. Yo tomé el radio y les llamé a ustedes, pero ahí me dio el manotazo y me tiró el radio”, explicó el compañero, al tiempo de mostrar el aparato dañado.

Agregó que fue rodeado por cuatro elementos que lo amedrentaron y minutos después lo dejaron ir. Testigos de los hechos aseguraron que el camarógrafo no conducía a exceso de velocidad y que los agentes se excedieron en su trato con él porque en ningún momento le dijeron que se detuviera para ser sometido a una revisión oficial.

Como Urrutia logró contactarse con Lucio Soria, fotógrafo de El Diario, éste llamó a otros compañeros que cubren la fuente policiaca y se dirigieron al lugar de los hechos.

Ahí se llamó al vocero de la PF, José Ramón Salinas quien explicó que se debía interponer una denuncia de hechos ante el Ministerio Público. Ya en el retén los agentes agresores fueron identificados por Urrutia antes de que se colocaran los pasamontañas, lentes y gorros para evitar que fueran grabados sus rostros.

Las unidades que participaron en el retén son: 13799, 14083, 10605, 14072, 13713, 13719 y 10753.

“El muchacho no hizo nada y lo paran y le gritan, luego lo rodean y le tiran su radio”, dijo un comerciante ambulante que vio la agresión.

Luego, se pidió hablar con el oficial a cargo del operativo, pero no estaba en el lugar, sin embargo minutos más tarde acudió y sostuvo un diálogo con los periodistas ahí reunidos.

Urrutia le explicó el incidente y mostró su equipo de comunicación dañado. El agente dijo que escucharían la versión de los oficiales a su cargo y de ser procedente aplicarían una sanción administrativa contra el personal operativo, además repararon el radio averiado.

Los periodistas expusieron ante el mando la necesidad de tener un mayor control entre los agentes, ya que los abusos –no sólo contra los periodistas, sino con la ciudadanía en general, van en aumento.

“Aquí estamos los reporteros de la fuente policiaca, siempre estamos juntos, estamos debidamente identificados y siempre que ustedes nos piden un favor como no tomarles los rostros nosotros los apoyamos, pero no es posible que sigan estas agresiones”, dijo Urrutia al oficial.

Se le explicó que los reporteros no son los enemigos, ni son criminales y que el trato había sido prácticamente como si lo fueran.

Luego de acordar tomar cartas en el asunto para evitar nuevos incidentes, el oficial se comprometió a aplicar los correctivos necesarios a fin de que los periodistas realicen su trabajo sin el riesgo de ser agredidos por el personal de la PF.

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