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martes, 23 de noviembre de 2010

El asesinato de Kennedy: 47 años después, ¿qué, en realidad, sabemos?

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No obstante la duradera popularidad de teorías de conspiración sobre la muerte del presidente John F. Kennedy el 22 de noviembre 1963, es asunto establecido dentro de la opinión generalizada que tales teorías siempre han sido la obra de excéntricos, popularizadas debido al apetito nacional por el misterio y el entretenimiento. En años recientes, este consenso se ha visto fortalecido por el libro masivo, y aclamado por la crítica, de Vincent Bugliosi, Reivindicando la Historia (Reclaiming History), junto con el programa especial en HBO de Tom Hanks.
Pero, por locas que sean las ideas que andan rodando, quedan puntos de vista alternativos, sobrios ycuidadosos, sobre el asesinato. Pudieran o no en última instancia tener razón, pero representan la continuidad de una discusión seria al respecto.
Ahora que el debate continúa más allá del 47mo aniversario de la muerte del presidente Kennedy, repasemos una lista de cinco mitos comunes acerca de la condición del debate en sí.
1. La creencia de que conspiradores secretos mataron a Kennedy fue popularizada por primera vez por la película de Oliver Stone de 1992, JFK.
La creencia popular en una conspiración estaba ampliamente arraigada a una semana del asesinato de Kennedy. Entre el 25 y el 29 de noviembre de 1963, encuestadores de la Universidad de Chicago le preguntaron a más de 1.000 estadounidenses, quién creían ellos que fuera responsable de la muerte del presidente. Para entonces, el sospechoso principal, Oswald -un izquierdista que había vivido en la Unión Soviética- estaba muerto, matado mientras estaba bajo custodia policial por Jack Ruby,  un rufián local con conexiones al crimen organizado.
La Casa Blanca, el FBI, y el departamento de policía de Dallas, todos afirmaron que Oswald había actuado solo; 62 por ciento de los consultados dijeron que pensaban que más de una persona estuvo involucrada en el asesinato. Solamente un 24 por ciento pensaba que Oswald había actuado solo. Otra encuesta tomada en Dallas la misma semana encontró que 66 por ciento creía que había habido una conspiración. En ese momento, no existían en impresos las teorías de conspiración sobre JFK. Oliver Stone estudiaba en la secundaria.
2. Todos los historiadores serios creen que Lee Harvey Oswald le disparó al presidente Kennedy solo y sin ayuda.
Desde el 2000, cinco historiadores con titularidad han publicado libros sobre el asesinato de Kennedy. Cuatro de los cinco concluyeron que una conspiración había matado al 35to presidente.
David Kaiser, un historiador de la diplomacia en la Universidad Naval de la Guerra (Naval War College) y autor de un libro de 2008, El camino a Dallas (The Road to Dallas), concluyó que Kennedy murió en un complot que involucraba a operativos descontentos de la CIA y figuras del crimen organizado. Igual hizo Michael Kurtz, de la Universidad del Sudeste de Louisiana, en su libro de 2006, Los debates sobre el asesinato de JFK (The JFK Assassination Debates).
En un libro de 2005, Abuso de confianza (Breach of Trust), Gerald McKnight de la Universidad de Hood (Hood College) sugirió que un complot de alto nivel involucrando a oficiales estadounidenses de inteligencia de rango mayor probablemente fue responsable. En su libro de 2003, La película de Zapruder(The Zapruder Film), acerca de la evidencia fotográfica, David Wrone de la Universidad de Wisconsin en Stevens Point argumentó que la famosa cinta casera del asesinato comprueba que Kennedy recibió impactos de bala desde dos diferentes direcciones. Wrone no propuso ninguna teoría acerca de quién fuese el responsable.
En su biografía de 2003, JFK: Una vida sin acabar (JFK An Unfinished Life), el historiador de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) Robert Dallek dependió del periodista Gerald Posner al avalar la historia oficial de que Oswald actuó solo.
3. Nadie de alto nivel en el gobierno estadounidense jamás pensó que hubiera una conspiración tras el asesinato de JFK.
En realidad, muchos funcionarios de alto rango concluyeron que había existido un complot, aunque raramente hablaran sobre ello sin tapujos.
El sucesor de Kennedy, Lyndon Johnson, endosó públicamente la conclusión de la Comisión Warren de que Oswald actuó a cuenta propia. En privado, LBJ le dijo a mucha gente, desde el colaborador con la revista AtlanticLeo Janos, hasta el director de la CIA, Richard Helms, que él no creía en la explicación del pistolero solitario.
El hermano del presidente, Robert, y su viuda Jacqueline, igualmente creían que JFK fue asesinado por enemigos políticos, según los historiadores Aleksandr Fursenko y Tim Naftali. En su libro de 2009 sobre la crisis de los misiles cubanos, One Hell of a Gamble: Khrushchev, Castro, and Kennedy, 1958-1964,informaron ellos que William Walton -un amigo de la Primera Dama- fue a Moscú, en un viaje previamente calendarizado, una semana después del asesinato de JFK.  Walton llevaba un recado de RFK y de Jackie para el amigo de ambos, Georgi Bolshakov, un diplomático ruso que había servido de enlace extraoficial entre la Casa Blanca y el Kremlin durante la crisis de octubre de 1962. RFK y Jackie querían dejarle saber al liderazgo del Kremlin que “no obstante las conexiones de Oswald con el mundo comunista, los Kennedy creían que el presidente había caído a manos de opositores domésticos.”
En el Senado, los demócratas Richard Russell de Georgia y Russell Long de Louisiana ambos rechazaron los recuentos oficiales del asesinato. En la rama ejecutiva, Joseph Califano, Secretario del Ejército en 1963 y posteriormente Secretario de Salud, Educación y Bienestar, concluyó que Kennedy fue asesinado por una conspiración. En la Casa Blanca, H.R. Haldeman, jefe de personal del presidente Richard Nixon, quiso en 1969 abrir de nuevo la investigación JFK. Nixon no estaba interesado.
Las sospechas persistieron así mismo entre los altos mandos de las agencias estadounidenses de seguridad nacional. El coronel L. Fletcher Prouty, jefe de operaciones especiales en el Pentágono en 1963 (y, más adelante, asesor de Stone) creía que hubo un complot.
Winston Scott, jefe de la estación de la CIA en México cuando lo del asesinato de Kennedy, y partidario ultra-conservador de la Agencia, rechazó los fallos de la Comisión Warren sobre un viaje que Oswald se dio a México seis semanas antes del asesinato. Scott concluyó, en una memoria no publicada, que Oswald había sido usado en una conspiración.
Ninguno de estos personajes era un fantasioso paranoico. Al contrario, representaban una amplia muestra de la élite de poder estadounidense en 1963. Tampoco hablaban de una conspiración JFK para consumo público; lo conversaban sólo reservadamente y dentro de círculos cerrados.
4. El ex fiscal del Condado de Los Ángeles, Vincent Bugliosi, refutó todas las teorías de conspiración enRevindicando a la Historia.
En el transcurso de 1.600 páginas, Bugliosi efectivamente refutó muchos escenarios conspirativos infundados, y reafirmó las conclusiones del pistolero solitario de la comisión Warren. Pero nunca abordó la extensa investigación académica de escépticos de la Comisión tales como el periodista David Talbot, el historiador Kaiser, el historiador John Newman, o el biógrafo Anthony Summers; ni analizó la investigación innovadora del abogado William Simpich o la perspectiva profesional del General de la Inteligencia cubana jubilado Fabian Escalante.
Kaiser, autor de siete libros sobre la historia de EEUU, señala que el enfoque  a lo fiscal de Bugliosi limita la visión de su análisis histórico. “Recae en el viejo argumento de que ‘nadie pudo jamás haber usado a Ruby y a Oswald en una conspiración’, lo cual lo exime de la necesidad de tomar en serio ninguna de las evidencias de una conspiración”, escribe Kaiser.
5. Todos los archivos de la CIA relacionados al asesinato de Kennedy han sido abiertos al público.
La Agencia reconoce que actualmente cuenta con miles de páginas sobre el asesinato de JFK que el público nunca ha visto. La CIA reveló la existencia de los archivos todavía secretos de JFK al responder a una demanda judicial bajo el Acta de Libertad de Información, radicada -resulta- por mí, buscando la liberación de otros expedientes relacionados al asesinato.
Mediante affidávit juramentado, Delores Nelson, funcionaria en jefe de información de la CIA, declaró que la Agencia tiene aproximadamente 1.100 documentos relacionados con el asesinato que piensa mantener tapados hasta 2017, si no más allá de esa fecha. Estos archivos -que contienen más de 2.000 páginas de material- no pueden salir al público por razones de “seguridad nacional”, dijo Nelson.
En otras palabras: en algún lado del área metropolitana de Washington hay una colección de documentos de la CIA relacionados al asesinato de JFK que, de ser recopilados, conformarían una pila de unas diez pulgadas de alto. Ninguno de esos documentos jamás han sido vistos por el Congreso de EEUU, ni por los Archivos de la Nación; ni hablar de periodistas, historiadores, blogueros, Oliver Stone, Tom Hanks, o el público en general.
Eso, no es ni teoría de conspiración ni mito. Es un hecho.

Jefferson Morley

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