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Pensionados y jubilados del IMSS, en el teatro Julio Prieto, hacen fila para cobrarFoto Guillermo Sologuren |
La crisis financiera que actualmente padece el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) fue provocada de manera
deliberadadesde que se aprobaron las reformas de 1997 porque las autoridades permitieron la reducción de las cuotas patronales, estructuraron el seguro de salud de manera deficitaria y traspasaron los fondos de retiro, cesantía y vejez a las administradoras de fondos para el retiro (Afore) que desde entonces no han dejado de incrementar sus ganancias, aseguró Berenice Ramírez López, especialista en pensiones del Instituto de Investigaciones Económicas (IIE) de la UNAM.
El IMSS dejó de recibir todos esos fondos que ahora captan las Afore por lo que resulta contradictorio que el primero esté en crisis y las segundas tengan más de un billón de pesos, indicó la investigadora en entrevista con este diario.
El miércoles pasado, el director general del IMSS alertó durante la 101 asamblea general del instituto que la prestación de servicios a los afiliados y sus familias será
imposible en 2012de continuar la tendencia en que los gastos superan sus ingresos. Según el funcionario el pago del régimen de jubilaciones y pensiones a los trabajadores del IMSS que ingresaron antes de 2008 equivale a casi 11 puntos del producto interno bruto (PIB), mientras que el déficit del seguro de enfermedades y maternidad representan más de 45 por ciento del mismo.
La investigadora aseguró que por lo menos desde cuatro años antes las cifras del IMSS mostraban que su situación crítica comenzaría a partir de 2011 y 2012, más aún si se considera que se ha estancado el empleo protegido.
Incluso mencionó que hace dos años las autoridades comenzaron a utilizar las reservas del IMSS para evitar un colapso financiero, lo que demuestra que todas las medidas que han tomado para fortalecer sus finanzas no han ido en la dirección correcta.
“Evidentemente que están dejando que el IMSS entre en crisis: es deliberado porque no se ha revisado cómo se hizo la reforma y no se hace nada por corregir el trabajo sin protección, una función que corresponde a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS).
Lo más preocupante es que las autoridades hablen de la crisis y no hablen del rescate de la institución”, sentenció la especialista. También destacó que la creación del seguro popular ha afectado las finanzas del IMSS porque al no tener instalaciones propias se utilizan las del instituto en detrimento de sus propios programas.
Hay muchas inequidades del gobierno federal en la aplicación de recursos para las diferentes ramas de la seguridad social ya que, por ejemplo, a la coordinación general del plan nacional de zonas deprimidas y grupos marginados (Coplamar) del IMSS que ha llegado a atender a cerca de 10 millones de habitantes se le ha recortado el presupuesto mientras el del Seguro Popular aumenta sin que se observen resultados positivos, refirió.
La sociedad debe darse cuenta de la importancia que tienen las instituciones de seguridad social del país para su bienestar a fin de reforzarlas de manera integral, destacar la conveniencia de invertir en ellas si se quiere contar con recursos humanos competitivos y evitar que sólo se instrumenten políticas asistenciales, como el seguro popular.
Se ha demostrado que los países que invierten en seguridad social de manera importante para dar servicios de salud o de otro tipo a la población tienen trabajadores más productivos. Tenemos que posicionar la seguridad social y dejar los servicios asistenciales que dan una atención muy básica en salud y no resuelven los problemas en términos de mejores condiciones de vida, señaló.
En la solución del problema, dijo, diversos sectores y no únicamente la parte gubernamental deben realizar una evaluación del IMSS, similar a la que se hizo en Chile cuando Michelle Bachelet fue presidenta, en lugar de poner más
parchecitos, que son los que finalmente agudizan más la crisis de la institución.
El Seguro Popular desincentiva el trabajo en el sector formal y presiona finanzas del instituto
Israel Rodríguez J.
Para solucionar la insolvencia que afronta el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) para cubrir las pensiones futuras de los trabajadores, Luis Foncerrrada Pascal, director del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), planteó la necesidad de eliminar los regímenes especiales de pensiones de los trabajadores sindicalizados de la Educación, Petróleos Mexicanos, Comisión Federal de Electricidad, Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado e IMSS y homologar la edad de pensión de todos sus trabajadores, como
el resto de los mortalesen nuestro país, es decir a los 65 años.
Destacó que es necesaria una reforma fiscal integral, empezando por el gasto y luego hacer un esfuerzo importante para la formalización porque casi dos terceras partes de nuestra economía es informal, es decir, que 60 por ciento del producto interno bruto (PIB) no paga impuestos
y esto es absurdo.
En entrevista con La Jornada, indicó que también se debe trabajar en el ámbito del gasto porque hay muchos recursos que se desperdician en beneficio de muy pocos. Hay programas que se mantienen desde hace 20 o 30 años y sólo cambian de nombre y se asignan presupuestos año con año sin evaluar sus resultados.
Ahí podría salir una cantidad importante de recursos si se racionalizara el gasto, aseguró.
Por ejemplo, el Seguro Popular, explicó, incentiva el comercio informal porque antes uno de los estímulos para solicitar efectivamente la formalidad era el acceso a los servicios de salud, pero ahora cualquiera lo puede tener aun siendo informal y eso quita un aliciente para ser formal.
El también ex profesor e investigador del CIDE, ITESM, ITAM, Universidad Anáhuac, Iberoamericana, UAM y Colegio de México, señaló que el rescate del IMSS tendrá que ser a través de recursos fiscales provenientes de los impuestos que pagan los mexicanos que están en la economía formal.
Más vale que empecemos desde ahora y no con esta ridícula propuesta de gasto que el Ejecutivo envío a la Cámara de Diputados en donde no se mueve nada, en donde se aumenta el gasto y por si fuera poco reducimos la inversión.
El Legislativo le hace el juego al Ejecutivo y el presupuesto, dijo, se convierte en un mercado de prebendas, donde la prioridad es quien jala más para sí, y el país a la deriva.
Resaltó que pese a que en los últimos 15 años el gasto programable ha aumentado considerablemente, el crecimiento del país ha sido mediocre y con tendencias a la baja. Por ejemplo entre 1994 y 2000 el gasto programable corriente del gobierno federal creció a una tasa promedio de 4.67 por ciento y el producto interno bruto (PIB) aumentó 3.4 por ciento promedio en el periodo. Posteriormente entre 2001 y 2006 el gasto aumentó 5.84 por ciento y el PIB subió en promedio solamente 2.1 por ciento. Posteriormente, entre 2007 y 2011 el gasto ha aumentado en promedio 7.96 por ciento y el PIB solamente un incremento promedio de 1.2 por ciento.
El maestro en economía por el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) y licenciado en economía por la UNAM, insistió en la necesidad de homologar la edad de jubilación de los trabajadores afiliados a los sindicatos estatales porque actualmente se pueden retirar a 48 o 50 años de edad, lo que es ridículo cuando la vida productiva de un hombre sano puede llegar a los 65 años.
Foncerrada Pascal, quien fue cónsul de México en Milán, propuso una reforma fiscal integral en la que se disminuya el impuesto sobre la renta (ISR); se aplique un impuesto al valor agregado (IVA) generalizado con una canasta básica de alimentos y medicinas exenta, un mayor esfuerzo para la formalización de las actividades económicas e impulsar un mayor crecimiento de la economía con creación de empleos y mejor remunerados.
Susana González G.
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