Secuaz de Posada Carriles confiesa plan para asesinar al presidente Hugo Chávez

El salvadoreño Francisco Chávez Abarca,
 durante el interrogatorio sobre el
 frustrado asesinatoFoto Cubadebate

La Habana, 24 de septiembre. El salvadoreño Francisco Chávez Abarca, procesado en Cuba por actos de terrorismo en la isla y ser cómplice de Luis Posada Carriles, autor del atentado contra una nave de Cubana de Aviación derribada en 1976 con 73 pasajeros a bordo, confesó ante las autoridades de la isla que antes de su arresto tenía en marcha planes para continuar sus agresiones en este país y atentar contra el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, antes de las elecciones legislativas del domingo próximo.

Chávez Abarca, quien fue detenido el primero de julio en Venezuela y deportado a Cuba días después, acusado de haber detonado bombas en hoteles de la mayor de las islas Antillas en 1997, admitió que en coordinación con Posada se propuso realizar acciones violentas contra Cuba y otros países de la Alba (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América), incluyendo atentados contra el presidente Chávez como forma de obtener beneficios monetarios.

Entre los planes actuales de Posada Carriles sobresale la intención de hundir barcos cargados de petróleo que viajan de Venezuela a La Habana, confesó Chávez Abarca.

Estas son las primeras declaraciones que el gobierno cubano difunde desde que el salvadoreño fue entregado por Caracas. Sus testimonios fueron publicados en el diario Granma y en el sitio en Internet Cubadebate, y en ellos dio cuenta de su cercanía con los ex presidentes salvadoreños Alfredo Cristiani, Armando Calderón Sol y Francisco Flores, los tres mandatarios surgidos de la Alianza Republicana Nacionalista, una organización de ultraderecha que formó parte de un movimiento contrarrevolucionario en las décadas de 1980 y 1990.

El día de su detención en el aeropuerto internacional de Maiquetia, el presidente venezolano dijo estar seguro de que Chávez Abarca había viajado a Venezuela para matarlo.

A finales de septiembre de 2005 se planificó asesinar al presidente Hugo Chávez, para lo cual Posada orientó utilizar un fusil Barret calibre 50, informaron los medios cubanos citados, que revelaron asimismo que durante una reunión de Alpha 66, una agrupación paramilitar anticastrista con sede en Miami, se habló de la posibilidad de rehacer planes de acciones violentas y paramilitares contra Cuba.