La multitud comienza un cántico: "¡Dale, dale, dale, no pierdas el tino, porque si lo pierdes, pierdes el camino... ya le diste una, ya le diste dos, ya le diste tres y tu tiempo se acabó!". No es propiamente una fiesta. Animan a un hombre que golpea con un palo el eslogan de la Comisión Federal de Electricidad, en una oficina ubicada sobre la calle Venustiano Carranza, en el Centro de la Ciudad.Varias letras que decían "una empresa de clase mundial" son derribadas. Un letrero advierte que hoy no se trabaja. No es día festivo; se cumple un año de la extinción de Luz y Fuerza del Centro y por aquí avanza la marcha del Sindicato Mexicano de Electricistas.
La protesta atrapa miradas y enciende los ánimos. Pero no son pocos los que ya muestran su cansancio. Se han manifestado desde las primeras horas de este 11 de octubre, por lo que el gobierno decretó hace un año. "¿Ya se cansaron?", pregunta alguien en el sonido. "Noooo", la respuesta es unísona, aunque haya caras largas.
En el trayecto, reparten volantes alusivos. Hay unos que traen las caras de Felipe Calderón y Javier Lozano, en un cuerpo de rata. De "rateros", "pendejos" y "putos", no los bajan. A cualquier rato les mientan la madre. Además, traen el ya infaltable muñeco que aparenta ser el Presidente de México, vestido de traje, en una mano trae una botella y en la otra, una bolsa de dinero.
Al poco tiempo, llegan a la calle 20 de noviembre. Ahí se estacionan, la masa ya no se mueve. El mitin de los electricistas será sobre esta vía, pues la plancha del Zócalo está ocupada por la Feria Internacional del Libro.
El templete está abajo del arco que se colocó para las fiestas del Bicentenario, ubicado entre el Antiguo Palacio del Ayuntamiento y las oficinas del Gobierno Capitalino. En el entarimado están varios líderes sindicales, pero en él resalta Martín Esparza, secretario General del SME, y Fernando Amezcua, secretario del exterior.
Cada uno de los que toma el micrófono, suele comenzar con una porra. "Aquí, se ve, la fuerza del SME", o "denme una S... denme una M... denme una E". La mayoría responde.
Sobre 20 de noviembre se funden los olores. Hay poco espacio y el contacto es constante. Hay quien viene con su uniforme de la extinta empresa, color azul o café con el logotipo de Luz y Fuerza en el brazo. Estas manifestaciones son la oportunidad para volver a usarlos.
Después de que hablan varios, entre ellos el diputado federal Gerardo Fernández Noroña, Esparza toma la palabra.
El líder electricista, con la voz un poco ronca, advierte: "Vamos a apretar a estos cabrones". "¡Duro, duro, duro!", le responden. Se refiere a los diputados, que tienen en las manos la iniciativa para crear una nueva empresa que le dé trabajo a los 16 mil electricistas que no se liquidaron.
El tono no baja. Y contra Calderón y Lozano apunta: "Cada humillación que hemos sufrido, se las vamos a cobrar a estos cabrones".
"A un año (de la extinción de Luz y Fuerza) el SME está más que vivo... o resuelven, o resuelven el conflicto que ellos generaron", señala Esparza. Llueven los gritos y los aplausos.
El discurso termina, más no las movilizaciones. El jueves estarán en la Asamblea Legislativa, el 23 de octubre harán un festival en el Estadio Azteca y regresarán al Zócalo el 27 de este mismo mes.
Como ellos mismos corean: "Y dicen, y dicen, que estamos liquidados, aquí les demostramos, que están equivocados". Hay SME para rato.
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