Fernando Camacho Servín
Periódico La Jornada
Domingo 29 de agosto de 2010, p. 16
Domingo 29 de agosto de 2010, p. 16
Este sábado se conmemoró el 32 aniversario de la histórica huelga de hambre realizada frente a la Catedral por varias madres de desaparecidos políticos, considerada una de las manifestaciones públicas más importantes contra la impunidad del Ejército durante la guerra sucia de los años 70 y 80 del siglo pasado.
En el acto, efectuado en el mismo lugar donde se llevó a cabo el 28 de agosto de 1978, estuvieron Rosario Ibarra de Piedra, quien encabezó a las madres en aquel año, los luchadores sociales Ignacio del Valle y su hija América, del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, y activistas de otras organizaciones sociales, así como familiares de desaparecidos durante el actual gobierno.
Rodeada por activistas del Comité Eureka, Ibarra hizo un breve recuento de la
negra historia de la desaparición en este país, que tuvo en el secuestro del profesor guerrerense Epifanio Avilés Rojas, en 1969, uno de sus primeros episodios.
HUELGA HISTORICA Ignacio del Valle y Rosario Ibarra, frente a la Catedral Metropolitana, durante el acto en que se conmemoró el 32 aniversario de la huelga de hambre efectuada por madres de desaparecidos políticos José Antonio LópezFoto Foto |
Ahí comenzó, manifestó la senadora perredista, una dura persecución contra luchadores sociales de todo el país y militantes de organizaciones armadas o pacíficas, quienes fueron torturados, desaparecidos o asesinados por la extinta Dirección Federal de Seguridad, el Ejército o diversos grupos policiacos.
A pesar de la cerrazón gubernamental, recordó, la lucha del Frente Nacional contra la Represión logró recuperar con vida a 147 desaparecidos, sacó de prisión a mil 500 personas, detuvo órdenes de aprehensión contra otras 2 mil e hizo posible el regreso de decenas de exiliados mediante la ley de amnistía que decretó José López Portillo días después de la huelga de hambre de las madres.
Ello se logró, resaltó, no por concesión del gobierno, sino por la movilización popular, que en nuestros días debe seguir, porque los abusos, la violencia y la corrupción oficial no han terminado.
Ya estoy vieja y cansada, pero no me rindo y voy a seguir peleando todo el tiempo que sea posible. A mí me arrancaron a un hijo que quise entrañablemente. Hagamos conciencia de que si queremos cambiar este país todos tenemos que poner algo de nuestra parte, expresó Ibarra entre aplausos y consignas de
Vivos se los llevaron, vivos los queremos.
En entrevista aparte, la legisladora llamó a movilizarse para evitar que la llamada
guerra contra la delincuenciasiga provocando levantones,
esa palabra vulgar y soezque enmascara el delito de desaparición forzada y cuyas víctimas muchas veces son civiles inocentes.
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