Yosoyusi Copala, Oaxaca. 18 de octubre 2010.- Los rostros de quienes se encontraban acompañando a Teresa en su último momento en la tierra que la vio nacer eran de desesperanza, de falta de credibilidad ante la indiferencia social y gubernamental; su madre con lágrimas en los ojos le hacía saber a Teresa en lengua natal triqui, el dolor de haberla perdido “ella no hizo nada solo quería hacer su casa junto con su esposa Jordán Ramírez y sus seis hijos y el que esperaban”. Comenta Agustina Ramírez, hermana de Teresa.
Teresa tenía cuatro meses de embarazo y sí toda la intención de fincar su hogar en Yosoyuxi, luego de que salieran huyendo el pasado 19 de septiembre de San Juan Copala, bajo una fuerte balacera, convirtiéndose en una familia más de los aproximadamente 300 desplazados que dejo la represión que vivieron y siguen padeciendo por paramilitares a quienes han señalado desde noviembre de 2009 del Movimiento Unificador de la Lucha Triqui (Mult) y La Unión de Bienestar Social de la Región Triqui (Ubisort).
Agustina sin poder contener el llanto relata que ella se encuentra en el campamento de desplazados en la Ciudad de México, y que vino a ver a su familia, “llegó a Juxtlahuaca y me encuentro que con habían matado a mi hermana, qué vamos a hacer con sus niños”, los pequeños sin entender a bien lo que sucede solo se limitan a mostrar sus caritas llenas de dudas, tres de los pequeños hijos de Teresa viajaban con ella al momento de que fue asesinada y su padre herido, Rafael Antonio de tres años, Efraín de un año y medio y Alexandra Ramírez Ramírez, de cuatro años de edad y quien tenía una pequeña herida arriba de su oreja derecha que le dejo el ataque.
“los tres estaban llenos de sangre de su mamá, solo los limpiamos y estaban llorando mucho, pero no los revisamos, ni los médicos, a los niños los recogimos en Juxtlahuaca, donde estaba su mamá”; Agustina relata tenían que agilizar el trámite porque el Ministerio Público Alejandro Ramírez Cruz, les advirtió que si no llevaban el cuerpo en ese momento la iban a dejar ahí, por lo que no habían reparado en que dos de los pequeños se encuentran con heridas leves.
Aproximadamente a las 16 horas con 30 minutos el cuerpo de Teresa salió acompañado de sus compañeras, familiares, sus seis hijos y sus padres rumbo al panteón de Yosoyuxi.
Dejando detrás una muerte más que pesa, una mujer triqui más que tal vez y aun con medidas cautelares al gobierno mexicano no le interesará aclarar.
El futuro de los hijos de Teresa y Jordán; Maritel, Fidelfía Orlando, Alexandra, Rafael Antonio y Efraín de 13, 12, 9, 4, 3 y año y medio de edad, es más incierto de lo que ya era, no saben qué pasará con ellos, quién los cuidara y en la mente de estos pequeños como en la de la mayoría de los pequeños de la zona triqui, solo queda el recuerdo de que alguna vez tuvieron padres.
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