Escrito por Cecilia González Arenas Es nostálgico recordar los vuelos de Mexicana de Aviación y Aeroméxico en los años 70, cuando eran propiedad de México. Había un plan publicitario de alguna de las dos líneas mexicanas que se llamaba “Champaigne Fly” y realmente se servía champaña Moet Chamdom en todo el viaje; además de las exquisiteces de comida como la de Air France que entregaba a los pasajeros en vuelos trasatlánticos, un menú elegantísimo en el cual se podían elegir los platillos al gusto de cada persona, entre una variedad selecta. Las azafatas o sobrecargos estaban atentos a cualquier indicación de los pasajeros.
En contraste, ahora en los vuelos nacionales obsequian cacahuates y, si acaso, un refresco o jugo. En viajes trasatlánticos hay la posibilidad de un emparedado y un poco de ensalada muy deslucida.
A pesar de esa notable disminución en las atenciones para el pasaje aéreo, nada se compara con lo que sucede al interior del Aeropuerto Internacional “Benito Juárez” de la ciudad de México, cuya responsabilidad es de las líneas aéreas. En una carta enviada, a quien esto escribe, por una profesionista reconocida, menciona dos experiencias muy infortunadas en un lapso de dos meses.
Según su relato, la situación que se presentó fue la siguiente: “regresaba de Lima y al llegar al aeropuerto de la ciudad de México, me percaté que el cierre de mi maleta había sido forzado. Reclamé. La representante de la aerolínea trató el hecho como una cuestión normal, de procedimiento y con toda serenidad y control de sus emociones, pesó la maleta y pidió que yo verificara si estaba faltando algo.
De hecho, el contenido estaba como yo lo había dispuesto y no faltaba nada. Ignoro por qué abrieron mi maleta y no obtuve ninguna explicación”. El comentario ante este hecho es que se pone en cuestión el manejo del equipaje en ausencia de los propietarios, porque si hay que abrir las maletas al pasar aduanas, el o la propietaria mostrarán al funcionario el contenido con todo cuidado y sin estropear sus pertenencias.
Continúa la persona denunciante: “el martes 8 de junio, al regresar de Nueva York por Aeroméxico, de nuevo una violación a mi propiedad: rompieron el candado de mi maleta, rasgaron un sobre donde había algunos regalos que compré en el Museo de Arte Moderno y encontré todas mis cosas revueltas.
Además, faltaban algunos objetos de valor personal. Acudí ante la representación de Aeroméxico en el área de retirada de equipaje a quejarme y pedir una solución.
La persona que me atendió, el señor Martín Hidalgo, dijo que lo único que podría hacer era tomar nota del evento, hacer una notificación y nada más porque la empresa no se responsabiliza por las maletas.
Y así fue… platicando con colegas de trabajo y con amigos descubrí que varios de ellos tuvieron las mismas experiencias. Algunos datos al calce, Aeroméxico fue privatizado en 2007, adquirido por varios empresarios y Banamex, City Bank de mayoría.
Por su parte, Mexicana es propiedad de Gastón Azcárraga Tamayo, dueño también de 94 hoteles Posadas. La línea aérea fue adquirida en 2006 en mil 456 millones de pesos.
La persona afectada recurrió a la Secretaría de la Función Pública, que estaba cerrada. Posteriormente llamó por teléfono y le informaron que el asunto no era de su competencia y que debería dirigirse a la Profeco. Habló y fue a esa dependencia y ahí le informaron que no podría presentar una queja, porque lo que había sucedido era un robo y que debería acudir al Ministerio Público de la zona rosa.
En esos trámites se encuentra actualmente. Es sumamente preocupante que este tipo de situaciones se presenten en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México a viajeros nacionales y extranjeros. De suyo, los mexicanos hoy día tienen una fama negativa de violencia, corrupción e impunidad y con estos acontecimientos se confirma.
En esos dos ejemplos, entre muchos más, se configuran delitos que las autoridades responsables, tanto federales como del gobierno de la ciudad, deberían enfrentar y ponerle remedio.
No es admisible que dos instituciones como la SFP y la Profeco hayan ignorado estos casos para investigación y presentación de denuncias y ya se sabe que recurrir al MP tiene el riesgo de que ahí tampoco se atienda a las personas en forma eficaz, aunque las estadísticas son espeluznantes desde hace ya varios años: el 97 por ciento de los delitos denunciados quedan impunes.
Desde este espacio, valga la denuncia que, sería deseable, llegara a las líneas aéreas y a las autoridades correspondientes para investigar y castigar a los delincuentes, más aún cuando el aeropuerto de Morelos ya está, o estará en breve, realizando viajes nacionales e internacionales, prestados por varias compañías de aviación que tendrían que responsabilizarse del manejo honesto y eficaz del equipaje de los viajeros. Más vale prevenir que lamentar.
ADDENDA. Qué preocupante la ejecución del candidato a gobernador de Tamaulipas. Ahora, México se pregunta ¿Qué sigue? No es suficiente una convocatoria más a la unidad. Una de cal de la SCJN con la liberación, después de 4 años prisioneros, de los luchadores de Atenco. Falta el castigo para quienes los enviaron a perder esos años de su vida. Pendiente, otra de cal para el SME y los mineros.
Estamos de vuelta
Hace 9 años
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