Brasil reiteró hoy en Naciones Unidas su condena y la de toda América Latina y el Caribe al “ilegítimo bloqueo (de Estados Unidos) contra Cuba”.
Ese bloqueo solo ha conseguido obstaculizar los esfuerzos de millones de cubanos en su lucha por el desarrollo, afirmó el canciller basileño, Celso Amorim, al hablar en la apertura del debate de la Asamblea General de la ONU.
Asimismo, señaló que el golpe de Estado contra el presidente constitucional hondureño, Manuel Zelaya, en junio de 2009, fue un movimiento antidemocrático.
Dijo que el regreso de Zelaya, sin amenazas a su libertad, es indispensable para la plena normalización de las relaciones de Honduras con el resto de la región latinoamericana y caribeña.
Por otro lado, resaltó la creación de la Unión Suramericana de Naciones para la consolidación de una genuina zona de paz y prosperidad en Suramérica y el nacimiento de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños.
Al referirse al panorama internacional, Amorim apuntó que la promesa de una total eliminación de las armas nucleares tiene que ser cumplida y que las reducciones unilaterales de esos artefactos “son bienvenidas, pero insuficientes, en particular cuando ocurren en medio de la modernización de los arsenales nucleares”.
El multilateralismo es el rostro internacional de la democracia y la ONU tiene que ser el centro principal de la adopción de decisiones en la política internacional, subrayó.
El ministro brasileño abogó por la expansión económica y el desarrollo de los países más pobres, los cuales son “las más grandes víctimas de la visión estrecha y egoísta que prevalece en el comercio internacional”.
Las reformas en el sector financiero han sido insuficientes y la obstinación en mantener los privilegios anacrónicos perpetúa y profundiza la ilegitimidad de las instituciones, opinó.
Sobre el tema del cambio climático, Amorim sostuvo que en la cumbre de Copenhague “algunas delegaciones, en especial del mundo rico, buscaron excusas para eludir sus obligaciones morales y políticas. Olvidaron que con la naturaleza no se puede negociar”.
El representante de Brasil reiteró la demanda de reformar y ampliar el Consejo de Seguridad de la ONU para permitir una mayor participación de los países en desarrollo, incluso en calidad de miembros permanentes.
No podemos seguir con métodos de trabajo que carecen de transparencia y que permiten a los miembros permanentes del consejo discutir a puertas cerradas asuntos que conciernen a toda la humanidad, insistió.
En otra parte de su discurso, el ministro subrayó los esfuerzos de su país en la búsqueda de una solución a la cuestión nuclear iraní y significó la Declaración de Teherán firmada en mayo por Brasil, Turquía e Irán para eliminar los obstáculos para un arreglo.
Amorim expresó su convencimiento en que el regreso a las negociaciones sobre este tema permitirá encontrar vías para una solución para aspectos como el enriquecimiento de uranio y el almacenamiento de ese material acumulado desde octubre de 2009.
El mundo no puede correr el riesgo de un nuevo conflicto como el de Iraq, advirtió al llamar al Gobierno iraní y a las otras partes involucradas a mantener una actitud de flexibilidad y apertura hacia las negociaciones.
El canciller saludó la reanudación de las conversaciones entre Israel y la Autoridad Nacional Palestina y reclamó el congelamiento de la construcción de asentamientos de colonos judíos en los territorios ocupados y el levantamiento del bloqueo a Gaza.
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