Oaxaca— La Guelaguetza lo trajo a esta ciudad desde su natal Jalisco, pero hace unos días cometió un grave ‘delito’: le gritó “asesino” al gobernador Ulises Ruiz Ortiz.
Dicha osadía le costó caro: el pasado 26 de julio, en plenas festividades del Lunes del Cerro, Francisco Javier Salas González fue detenido, torturado y procesado por el delito de posesión de cocaína, según Isaac Torres Carmona, responsable del área jurídica de la Liga Mexicana por la Defensa de los Derechos Humanos (Limeddh).
Salas González, estudiante de Sociología de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG), responsabilizó a Ulises Ruiz de su detención ilegal y los actos de tortura de que fue objeto. El jalisciense no sabía que en Oaxaca la palabra “asesino” está prohibida por el gobernador saliente. Salas la usó para mostrar su coraje ante tanta represión en la entidad, pero con ella firmó su sentencia.
En el estadio de futbol “Benito Juárez”, donde representantes de las siete regiones de Oaxaca hacían gala de sus dotes como bailarines, Francisco Javier lanzó el grito que lo condenó. De inmediato, un séquito de policías civiles que acompañaban a Ulises Ruiz a la Guelaguetza lo retiraron a golpes.
Después de su detención, fue torturado en el cuartel general de la Policía Preventiva Estatal, ubicado en San Bartolo Coyotepec.
“Inmediatamente comenzaron las amenazas diciéndome: ‘¿Qué te crees, hijo de la chingada? ¿Dónde crees que estás o por qué estás gritando? Ya te cargó la chingada’”.
Tras el hecho, el área jurídica de la Limeddh presentó una queja ante la Comisión Estatal para la Defensa de los Derechos Humanos de Oaxaca (CDDHO), así como un amparo de protección de la justicia federal, que quedó registrado en el expediente 940/2010, bajo las acusaciones de incomunicación y actos de tortura.
De acuerdo con Isaac Torres Carmona, el estudiante de Jalisco fue puesto a disposición de la Unidad Mixta de Atención al Narcomenudeo (UMAN), luego de haber permanecido 19 horas incomunicado.
La idea era que con intimidaciones se declarara adicto a la cocaína, y para ello le “sembraron” 300 miligramos de clorhidrato de cocaína.
Frente a tal descaro, la Limeddh envió una misiva al presidente Felipe Calderón Hinojosa y al gobernador de Oaxaca para señalar las arbitrariedades de la UMAN que, dijo, sólo ha servido para reprimir, so pretexto de combatir al crimen organizado.
Además, solicitó a las instancias de procuración e impartición de justicia la cancelación inmediata del proceso penal número 102/2010 contra Javier Salas, radicado en el Juzgado Segundo de Distrito en Oaxaca.
También, la devolución de los 6 mil pesos que tuvo que pagar como fianza el estudiante de Sociología de la UAG, a fin de que pudiera enfrentar el proceso en libertad... Y todo por gritarle “asesino” a Ulises Ruiz, señalado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación como responsable del conflicto social que vivió Oaxaca en 2006.
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